Al volante, el T03 deja mejores sensaciones que el Dacia Spring del que venimos hablando recurrentemente en este texto. No hacen falta muchos kilómetros para darse cuenta de ello; con recorrer solo unos cientos de metros y superar algunas irregularidades, resulta más que evidente que se trata de un coche «mejor plantado», como de una categoría superior y más silencioso. En definitiva, más agradable de utilizar.
La suspensión trabaja con mayor sofisticación: suena mejor al pasar sobre los baches, es relativamente firme —que no seca— y proporciona un confort razonablemente bueno, aunque en apoyos fuertes el balanceo de la carrocería puede llegar a ser notable. Y con la dirección pasa algo parecido. Sin ser un ejemplo por tacto, se siente mejor que la del Dacia porque tiene un poco más de peso y da la impresión de ser más precisa. Además, el grado de asistencia se puede regular en base a tres niveles, denominados Comfort, Standard y Sport (no cambian el tacto, pero sí la resistencia que se ha de vencer para mover el volante).
El tacto del pedal del freno no tiene nada de especial, es correcto. Enseguida uno se acostumbra a él para hacer detenciones suaves y progresivas. Eso sí, la intensidad de la frenada regenerativa únicamente se puede modificar (y en poca magnitud) alternando entre los distintos modos de conducción —hay tres: Eco, Standard y Sport—. Esto nos parece un error porque, en según qué situaciones, se echa en falta un mando o una palanca que permita cambiar la retención con rapidez, como hizo Dacia cuando renovó el Spring.
Gracias a las cualidades mencionadas, pero también a la buena puesta a punto del control de estabilidad, los resultados que obtuvimos en las maniobras de esquiva y eslalon en circuito fueron muy buenos (vídeo en nuestro canal de YouTube). En este tipo de ejercicios, el T03 le pone las cosas muy fácil al conductor, con reacciones neutras y sin movimientos extraños de la carrocería. De nuevo, un desempeño mucho mejor que el Dacia Spring, que se mostró mucho más difícil de controlar en estas maniobras.
Pero si hay un lugar en el que el T03 realmente brilla es en ciudad. En este tipo de vías resulta muy agradable por el poco espacio que ocupa (son poco más de 3,6 metros de longitud y solo 1,65 m de anchura), por lo luminoso que resulta el interior (hay mucha superficie acristalada, incluido un techo panorámico) y por la presteza con la que se mueve gracias a la instantaneidad que proporciona el motor eléctrico. Un coche que se aparca con mucha facilidad (además incluye de serie una cámara trasera de mucha calidad y sensores de proximidad) y que se mueve entre el tráfico y por calles estrechas como pez en el agua. El único aspecto que desentona en este ambiente es el ruido artificial generado por debajo de los 30 km/h para advertir de su presencia, que resulta tremendamente molesto.
En carreteras de tipo autopista no se siente un coche inseguro, pero no resulta tan agradable como en ciudad porque el ruido que se cuela hacia el interior es mucho más elevado, porque le afecta bastante el viento lateral (es un coche más bien alto y con los laterales de la carrocería muy cercanos a la vertical) y porque es necesario ir pisando mucho el acelerador para mantener el ritmo del resto del tráfico. Además, en este tipo de escenarios el consumo es más alto y, por tanto, donde la autonomía es más reducida (poco más de 200 km agotando por completo la carga, según nuestra experiencia y en condiciones ambientales favorables).
Los 95 CV que desarrolla el motor eléctrico son más que suficientes como para circular con agilidad por ciudad, como hemos comentado anteriormente, y suficientes para hacerlo por autopista o vías en las que la velocidad a la que se circula es superior a unos 100 km/h sin mayores problemas. Hemos medido una aceleración de 40 a 80 km/h en 4,6 segundos y de 80 a 120 km/h en 10,1 s. Curiosamente, y a pesar de la diferencia de potencia frente al Dacia Spring de 65 CV, a baja y media velocidad apenas hay diferencias (hay 0,2 segundos entre ellos al pasar de 40 a 80 km/h). A partir de ahí sí que las hay y el T03 se siente algo más veloz a la hora de ganar velocidad (es 1,2 segundos más rápido al pasar de 80 a 120 km/h). Mediciones propias.
El consumo eléctrico es bajo el todo tipo de situaciones, aunque no lo es tanto como en el modelo de Dacia. Resulta curioso, por poco habitual, que sea sencillo mejorar los datos homologados de autonomía incluso sin necesidad de practicar una conducción especialmente previsora o eficiente. En un uso mixto es sencillo que el consumo mostrado por el ordenador de viaje se sitúe en unos 13,5 kWh/100 km, que en teoría daría para recorrer unos 275 km entre recargas (la cifra homologada es de 265 km). En la sección Consumo y recarga hablamos de estos aspectos en más profundidad y damos datos de varios recorridos hechos junto con el Dacia Spring de 65 CV.