El IS F es un producto con un nivel de funcionamiento notable, sobre todo, por resultado que da su cambio automático de ocho marchas. Sin embargo me parece mejorable el rendimiento de su motor (más información) da una capacidad de aceleración excelente, tiene un sonido embaucador, pero no hace un uso eficiente del combustible: el IS F corre mucho y gasta mucho.
El cambio automático es de ocho marchas (más información) y tiene dos cualidades muy interesantes. Primera, tiene una rapidez de funcionamiento sorprendente. Segundo, tiene una elevada capacidad para interpretar qué marcha es la adecuada en cada momento o a cada estilo de conducción (más información). De los coches con cambio automático que he conducido hasta el momento, sólo me parece preferible el PDK de Porsche.
Tiene varios programas de funcionamiento, desde uno completamente automático («D»), hasta otro («M») en el que se bloquean las machas. Es decir, el cambio no selecciona marchas más largas aunque el motor llegue al régimen de potencia máxima, ni más cortas aunque se pise el acelerador a tope; sólo hay cambios cuando el conductor mueve las levas que hay detrás del volante o la palanca que hay entre los asientos.
En la posición «M», los cambios se producen con gran eficacia. Puede haber quien disfrute con la coordinación de movimientos que hay que hacer para cambiar de marcha en un cambio manual (como hacer el punta tacón), pero no logrará cambios tan buenos y veloces como los hace IS F, y además, sin errar ninguno.
Lo único que no nos ha satisfecho completamente es que no siempre reduce con toda la suavidad posible cuando la solicitud la hace manualmente el conductor; esto lo hemos notado principalmente de tercera a segunda, tanto en circuito como en carretera. También puede ocurrir que no siempre reduzca de forma completamente automática todas las marchas necesarias, por ejemplo, al aproximarse a una curva muy lenta.
El IS F es fácil de conducir y agradable en el uso cotidiano. Para viajar por carreteras rápidas es apacible, pues es silencioso y rueda con gran suavidad. El sonido del motor en una utilización normal tiene un tono grave y notorio, pero nada molesto. Al superar 3.700 rpm, se torna en un gorgoteo bronco e intenso procedente del sistema de admisión (se abre la segunda toma de admisión) que es espectacular.
Lo que más limita el confort en el IS F es la intensidad de los movimientos de la carrocería al pasar por los baches, porque la suspensión es dura. A pesar de ello, tiene un ajuste bueno porque no tiene tendencia a rebotar en las irregularidades de alta frecuencia (las que sacuden fuertemente la suspensión) y da la impresión de que los neumáticos se mantienen siempre en contacto con el suelo.
El IS F no tiene tendencia a reaccionar bruscamente, tanto por lo que hace cuando está dentro de los límites de adherencia, como por lo que hace cuando pierde la trayectoria (una situación que no se da normalmente, porque el IS F tiene buena adherencia y motricidad).
Lo anterior se aprecia en que se puede acelerar con intensidad a la salida de horquillas en condiciones desfavorables (fuerte subida con el asfalto mojado y bacheado), y el IS F sigue manteniendo una capacidad de aceleración contundente poco frecuente en un coche así de potente y tracción trasera. El control de tracción («TRC») es de los que tienen un funcionamiento bueno: se nota sólo cuando hace falta, y cuando funciona, no deja al coche sin aceleración.
Lo descrito en los tres párrafos anteriores está referido a una utilización normal, sin buscar intencionadamente desestabilizar el coche, y sí conducir bien independientemente de que sea despacio o deprisa. Si la conducción no es normal, por ejemplo si se acelera desde parado a tope en primera marcha con el control de tracción y estabilidad desconectados, no hay milagros: el conductor del IS F puede «incinerar» los neumáticos traseros a un ritmo fabuloso.
El control de estabilidad «VDIM» (no actúa sobre la desmultiplicación de la dirección, como en otros modelos de Lexus; sí sobre la asistencia) tiene dos programas adicionales además del normal: uno «sport», que permite un mayor deslizamiento de las ruedas antes de entrar en funcionamiento, y otro («snow») que está pensado para circular en condiciones de muy baja adherencia.
El control de estabilidad y de tracción se pueden desconectar completamente. En todo caso, permanece en funcionamiento un dispositivo que frena la rueda que pierde tracción en una curva, haciendo las veces de diferencial autoblocante. En circuito, con el modo «sport» conectado, comprobamos que se podía salir de las curvas con un pequeño sobreviraje fácil de controlar con el volante. Al activar este programa deportivo del «VDIM» también se endurece la dirección y el cambio de marchas actúa con mayor rapidez.
Lexus ha hecho un coche que es capaz de acelerar mucho, gastando mucha gasolina; ni su avanzado sistema de inyección, ni su largo desarrollo en octava marcha lo impiden.
El consumo mínimo que cabe esperar es de unos 9,5 l/100 km, en autovía con poco tráfico y a una media de 120 km/h (lo que supone un crucero de unos 130 km/h). En un recorrido de carretera secundaria generalmente rápida aprovechando puntualmente la capacidad de aceleración y el resto a un ritmo normal, el consumo fue de 14,0 l/100 km. El consumo máximo que cabe esperar llega con cierta facilidad a los 35 l/100 km.
No tengo una opinión completamente formada sobre la capacidad de frenado del IS F (durante el tiempo que duró el préstamo del vehículo a km77.com casi siempre ha estado lloviendo). No obstante, según mi compañero Alfonso Herrero, que lo condujo en circuito, la capacidad de frenada le pareció satisfactoria: «El IS F lo he conducido en un circuito con curvas de segunda o tercera velocidad en el que había una recta en la que alcanzaba unos 220 km/h, tras la cual había que frenar para poder tomar la siguiente curva en segunda velocidad. Tras varias vueltas, los frenos mantenían una capacidad de frenada poco habitual en un coche de calle cuando se usa en un circuito. Por nuestra experiencia, es posible que la resistencia de los frenos del Lexus sea superior a la del BMW M3» .
Los frenos han sido desarrollados conjuntamente con Brembo. Los delanteros tienen una pinza de seis pistones de distinto tamaño y discos de 360 mm de diámetro. Los traseros son de 345 mm de diámetro y las pinzas son de dos pistones. Todos los discos están perforados y las pinzas pintadas de color negro.
Tampoco tengo una referencia de la adherencia de los neumáticos en seco (nuestra unidad de pruebas tenía unos Bridgestone Potencia RE050, aunque Michelin también provee neumáticos para este coche). En mojado nos gustaron a todos los miembros de la redacción que condujimos el IS F. Los neumáticos son de distinta medida delante (225/40R19) y detrás (255/35R19). La rueda de repuesto es de medidas de emergencia.
Las llantas tienen 19" de diámetro y están hechas de aluminio forjado (según Lexus, esta llanta pesa 3,9 kg menos que otra llanta de la misma medida para el IS); las fabrica BBS. Como las llantas sobresalen lateralmente respecto a los neumáticos y éstos tienen un perfil escaso, no es difícil dañarlas al aparcar.
La suspensión está rebajada 25 mm respecto a la de un IS con llantas de 18" (38 mm si es uno con llantas de 16").