En la carrocería de cinco puertas, el espacio disponible para los ocupantes es bueno en todas sus dimensiones, salvo el espacio para las piernas atrás (que es mediano). No es el mejor en ninguna de las dimensiones que medimos en km77, ni es grande para un coche de su longitud, pero en conjunto está bien proporcionado. Tiene un buen dato de anchura en las plazas traseras y la altura disponible (93 centímetros) es suficiente para que las personas altas no rocen la cabeza con techo. Sólo las personas muy grandes o poco flexibles pueden encontrar problemas al salir o al entrar de las plazas traseras, porque no hay un hueco grande.
El Mazda3 de cuatro puertas está peor aprovechado que el de cinco: con una longitud algo mayor, tiene el mismo espacio en sentido longitudinal y menos altura en las plazas traseras (a causa de caída que tiene el techo).
Si se valora mucho la amplitud, hay otros coches más espaciosos con una longitud similar y carrocería de cuatro puertas, como el Mégane Sedan (que tiene mucho más espacio para las piernas y un poco más de altura al techo en las plazas traseras). En menor medida, un Focus 4p también es mayor. También los hay más caros y no más espaciosos, como un Volvo S40.
En las dos versiones, el maletero no es mayor porque debajo de la moqueta del fondo hay una gruesa estructura de plástico con formas practicadas para colocar diversos objetos (como los triángulos de emergencia, el chaleco reflector y otras muchas cosas). Debajo de éste hay una rueda de repuesto de emergencia, con una llanta de acero de un curioso color marrón claro.
Cinco personas no pueden viajar cómodas en ningún coche de este tamaño (principalmente por anchura). En el Mazda 3 tampoco, porque además tiene detalles que hacen recomendable no usar el asiento trasero central: la banqueta y el respaldo se ajustan muy mal al cuerpo; el reposacabezas es estrecho y -en su posición más elevada- queda a la altura de la nuca en una persona adulta.
El respaldo de las plazas delanteras tiene unas formas que se ajustan muy bien al contorno de la espalda y da buen apoyo en las curvas. A algunos conductores la banqueta les puede parecer un poco corta.
La instrumentación está muy orientada hacia en conductor; gran parte del cuentarrevoluciones y del velocímetro queda oculta de la vista del acompañante.
En los mandos de la radio, el Mazda 3 tiene un juego de luces dispuesto de manera horizontal, que se encienden de distintas maneras al dar el contacto, al cambiar el volumen de la radio o al preseleccionar otra emisora. Yo no le he encontrado ninguna utilidad práctica, pero a algunas personas les ha parecido vistoso.
Los plásticos que tiene en el interior, así como los botones y las ruletas son duros, pero dan una grata impresión de solidez y parecen bien terminados. No me ha gustado que la regulación de la inclinación del asiento del acompañante sea por palanca; la del conductor es por ruleta, que resulta más cómoda y permite ajustar el asiento con mucha mayor precisión.
Hay que tener cuidado con los paragolpes, porque sobresalen mucho del contorno de la carrocería y es fácil levantarles la pintura, porque no tienen elementos de protección frente a pequeños golpes.