El C230 Sportcoupé cuesta más que cualquier otro coche de su tamaño y potencia, y también tiene cualidades que no tiene ningún otro. Si compensa o no, depende de cómo se valoren esas cualidades.
Lo más sobresaliente es su calidad de acabado, muy por encima de la media, y su seguridad activa. El precio es igualmente sobresaliente si se compara con otros coches de tres puertas con potencia semejante, pero no tanto con relación a algunos cupés, como el Audi TT.
Aunque es un coche pesado, es capaz de acelerar mucho en cualquier marcha y a cualquier velocidad. Comparado con otros coches que también son pesados, como un BMW 325ti Compact, es más rápido. En parte a causa del peso, el consumo es alto en condiciones normales y muy alto si aprovecha frecuentemente toda su capacidad de aceleración.
La suspensión es muy suave, demasiado para quienes esperen las reacciones de un deportivo.
Sin embargo, esa suspensión suave no hace que el coche sea inestable; el C 230 Sportcoupé tiene un grado de seguridad activa muy alto, además de ser muy cómodo. Por ruido, en cambio, no es tan cómodo; en marcha constante (no muy rápida) no suena mucho, pero al acelerar o a una velocidad alta sí suena.
El equipamiento de serie no es particularmente rico, salvo en elementos de seguridad; hay muchos elementos opcionales que son de serie en coches más baratos. El catálogo de opciones sí es muy amplio.
Será especialmente satisfactorio para quien busque un coche bien hecho, seguro y rápido, pero no un deportivo en sentido estricto, como puede ser un Audi S3 o más aún un Honda Civic Type-R. No obstante, choca que un coche que no es deportivo por suspensión, sí tenga unos desarrollos de transmisión cortos, que resultan desfavorables para el consumo y el ruido.