Desde el 24 de abril está a la venta en España el nuevo Clase C. Tiene cambios de diseño exteriores e interiores; más equipamiento opcional; modificaciones en la suspensión, la transmisión y la dirección; y una gama de motores distinta, en la que hay dos nuevos de gasolina (C 230 K y C55 AMG) y un Diesel modificado (C 220 CDI).
La intención de Mercedes-Benz ha sido hacer que el Clase C, sin ser más incómodo, sea más «deportivo», que responda con más rapidez a los mandos.
Al margen de que las modificaciones sean más o menos evidentes (sí me lo parecen en la dirección y en la caja de cambios manual, no tanto en la suspensión), el hecho es que el Clase C sigue teniendo una seguridad activa sobresaliente, ninguna berlina de su tamaño me parece mejor en este sentido. Es también un coche confortable con la suspensión que tenga (la de serie o la «deportiva» opcional) y muy agradable de conducir.
Hay algunas mejores funcionales, como la instrumentación, que también me parecen muy positivas. El Clase C también se distingue por una calidad superior a la media. Al margen de que los cambios en la decoración gusten o no, lo cierto es que los materiales y el ajuste son de lo mejor que hay.
Lo peor de la carrocería es el espacio interior. El Clase C es un coche estrecho por dentro y con no mucho espacio para las piernas en las plazas traseras. Para conductores altos sí resulta adecuado, ya que no le falta ni altura ni desplazamiento longitudinal del asiento. Para los bajos también es adecuado, por las posibilidades de ajuste del asiento y el volante.
El nuevo motor Diesel del C 220 CDI es también mucho mejor que el anterior. Además de que tiene más potencia (150 CV en vez de 143) (que es casi lo de menos), ha mejorado en ruido y vibraciones. Con relación a la competencia, el C 220 CDI tiene un consumo normal, no acelera mucho y sí alcanza una velocidad muy alta, como se puede ver en esta tabla comparativa.
En la nueva gama también estará disponible el 230 K berlina o familiar, con el motor de 1,8 l de cilindrada en versión de 192 CV que hasta ahora sólo podía llevar el 230 K Sportcoupé (más información sobre este motor en el anterior Clase C).
Por lo que se puede ver en esta tabla comparativa, el Clase C con este motor tiene una buena relación entre prestaciones y consumo. Como suele ocurrir en coches de esta potencia, los que tienen un motor de cuatro cilindros sobrealimentado gastan menos que los que lo tienen de cinco o seis cilindros atmosférico (el BMW 325 es una excepción)..
Entre el equipamiento opcional hay faros de xenón para cortas y largas con sistema de iluminación en curva; por primera vez, este sistema incluye los proyectores de niebla.
Hay mejoras en los equipos de sonido de serie y opcionales, navegador con lector de DVD y sistema de órdenes vocales (Linguatronic).
En esta remodelación no le han añadido algunos elementos modernos de equipamiento que me parecen muy interesantes, como el sistema de cerraduras automáticas o el freno de estacionamiento automático.
El C 55 AMG reemplaza al C 32 AMG. Tiene un motor de ocho cilindros con 5,4 l de cilindrada y 367 CV; es el mismo motor que ya lleva el CLK 55 AMG y también lleva la misma caja de cambios automática de cinco relaciones, no la nueva de siete.
Es el único Clase C con motor de ocho cilindros y, para que quepa, el voladizo delantero es 80 mm más largo. También se distingue de otros Clase C por los faros, las ruedas de serie (225/40 18 delante y 245/35 18 detrás), los asientos con tapicería de Alcantara y la decoración de la instrumentación. Estará disponible con carrocería berlina o familiar. Próximamente daremos más información de esta versión.
Este Clase C es el modelo que más ha vendido Mercedes-Benz en un periodo de cuatro años, que es el transcurrido desde su aparición. En España, un 49 por ciento de las versiones que se venden con carrocería berlina son el C 220 CDI.