Al interior del MG Cyberster se accede a través de unas puertas que se abren automáticamente de abajo hacia arriba (existe la posibilidad de ajustar su posición más alta). Se pueden accionar desde el mando a distancia, pulsando un botón enrasado que hay en su parte exterior y, naturalmente, desde el interior (imagen). El proceso de apertura y cierre de puertas toma aproximadamente cinco segundos. Todo el movimiento está controlado por varios sensores para evitar que las puertas golpeen contra el techo (si este es bajo) o contra los usuarios si se sitúan demasiado cerca. En caso de emergencia, existe la posibilidad de desbloquearlas de forma manual desde unas palancas que hay detrás de los asientos.
Me han parecido unas puertas muy cómodas de utilizar, salvo por el tiempo que hay que esperar para que se cierren o abran. Liberan un hueco muy generoso que permite a los ocupantes salir y entrar del habitáculo con comodidad, incluso cuando se aparca muy cerca de otro coche o una pared.
Espacio para dos ocupantes
Los asientos (imagen) son algo estrechos y tienen un mullido firme. Ofrecen un buen soporte lateral al tronco, no tanto a los muslos. Las banquetas no pueden ir situadas muy cerca del piso o, al menos, tan cerca como en algunos cupés y descapotables del mercado. Por esta razón, los conductores de más de 1,85 metros (aproximadamente) notarán que la parte superior de su cabeza queda ligeramente por encima del marco del parabrisas, de forma similar a lo que ocurre en el Mazda MX-5. La consecuencia es que el viento azotará el cabello más de la cuenta cuando se circule descapotado y, además, la visión puede quedar parcialmente obstaculizada por el marco superior del parabrisas. Si se circula con el techo puesto, la cabeza puede quedar rozando la parte interior de la capota.
La anchura entre puertas es correcta para que dos ocupantes de corpulencia normal viajen suficientemente cómodos. En todo caso, quien quiera un descapotable que dé una mayor sensación de amplitud se sentirá más cómodo en un Ford Mustang. Mediciones del interior.
Hay sitios suficientes para dejar objetos. Entre los asientos hay unos rectáculos para bebidas y un cajón bajo el reposabrazos (imagen). En las puertas también hay unos pequeños cajones con tapa (al estilo Porsche, imagen) y, detrás de los asientos, hay una repisa separada con una red que sirve para llevar alguna pieza de ropa, una mochila, bolso u otras cosas (imagen).
El maletero tiene un volumen de 249 litros (imagen), por lo que es más grande que el del Jaguar F-Type (207 l) y más pequeño que el del BMW Z4 (281 l). La tapa tiene accionamiento manual.
Tres pantallas
El interior tiene un diseño peculiar. El salpicadero está muy focalizado en el conductor y hay algunas partes que recuerdan al Lexus LC, como la consola central (imagen del MG e imagen del Lexus). Tras el volante hay tres pantallas que sirven de instrumentación y que aportan mucha información (la central es de 10,25 pulgadas y las laterales de 7,0, imagen).
Las dos pantallas laterales quedan parcialmente ocultas para el conductor cuando se colocan las manos en el volante en la posición correcta (cerca de las «10 y 10»). Con el paso del tiempo, uno se acaba acostumbrando, porque se puede vivir perfectamente sin consultar todo el rato los datos que aparecen reflejados en esas pantallas, pero no deja de ser algo molesto. En China se vende un MG Cyberster con el volante sin aro superior que probablemente mejore la visibilidad de la instrumentación.
Otra cosa que no me ha gustado de las pantallas laterales es que los distintos datos y menús no se pueden mostrar indistintamente en una u otra. Por ejemplo, la de la izquierda es exclusiva —entre otras cosas— para el sistema de navegación y el de sonido (ejemplo); la de la derecha, entre otras cosas, para asuntos relacionados con la energía (imagen).
En la consola hay otra pantalla, de 7,0 pulgadas dispuesta en vertical, desde donde se puede controlar el sistema de climatización, la apertura de las puertas, los ajustes de conducción o la configuración del aspecto de la instrumentación, entre otras muchas cosas (imagen e imagen).
El sistema multimedia funciona con un chip Qualcomm Snapdragon 8155 (es uno de los más potentes que ofrece Qualcomm, pero no el de mejores prestaciones, que actualmente es el 8295 que monta el Geely Galaxy E8). Todas las pantallas funcionan de forma fluida, pero esta sensación es más notable en la que hay entre los asientos; las de la parte superior del salpicadero a veces no son tan inmediatas a las acciones que se hacen con los dedos.
Los materiales de recubrimiento y unión entre piezas denotan que MG ha hecho este coche con esmero. De hecho, no nos parece que esté lejos de un BMW Z4 en lo que respecta a sensación de calidad. Por el contrario, un Ford Mustang Cabriolet tiene materiales mucho más pobres y peores ajustes.