Lo menos favorable del MG4 es, posiblemente, la calidad percibida de su interior, incluso en las versiones más caras y equipadas. Casi todo denota que se ha buscado el abaratamiento de costes, como también ocurre —aunque quizá en menor medida— en un MG5 y en algunos de sus competidores (el Volkswagen ID.3, por ejemplo, al menos el modelo-año 2020). Dentro de la gama MG, el Marvel R tiene una calidad claramente superior.
La parte superior del salpicadero es la única en la que la marca ha utilizado un plástico con un tacto y un aspecto más o menos bueno (es una plancha blanda y pintada en color gris en la unidad que probamos durante más tiempo). En el resto de zonas, incluidos los paños de las puertas, se ha recurrido a materiales duros de aspecto más bien basto. Tampoco los ajustes entre las piezas son muy precisos en algunos lugares (en dos unidades distintas, para cerrar la guantera había que hacer más fuerza de lo normal), si bien es cierto que, en marcha, no hemos escuchado ruidos achacables a ello.
El interior del MG4 tiene una amplitud correcta para cuatro adultos de estatura media, aunque los ocupantes de las plazas posteriores no disponen de mucho hueco para meter los pies bajo los asientos delanteros si estos están colocados en su posición más baja (esto ocurre en muchos modelos eléctricos, no es algo exclusivo de este MG). Según nuestras mediciones, en las plazas posteriores hay prácticamente el mismo espacio para las piernas y altura libre al techo que un Volkswagen ID.3, si bien el MG4 tiene un poco más de anchura a la altura de los hombros. El CUPRA Born es algo más pequeño que el MG tanto por espacio para las piernas como por anchura entre puertas. El Renault Megane E-TECH Eléctrico tiene menor anchura entre puertas que cualquiera de los modelos citados anteriormente.
Los asientos posteriores del MG4 están situados unos seis centímetros más elevados que los anteriores. Eso ayuda a que sus ocupantes tengan mejor visibilidad hacia delante así como una postura natural. Las rodillas no van claramente más elevadas que la cadera (salvo que quien se siente sea muy alto) y los muslos apoyan bien en la banqueta. En las plazas traseras hay huecos en las puertas para depositar objetos, una toma USB y varias bolsas tras los respaldos de las plazas anteriores donde caben teléfonos móviles, tabletas o libros. Lo que no hay es un plafón de iluminación o un reposacabezas central, ni siquiera acudiendo al listado de opciones, dos carencias a las que no encontramos justificación alguna (desde junio de 2023, MG incluye de serie el reposacabezas central, así como unos asideros en el techo).
El maletero tiene 363 litros de capacidad, un volumen suficiente para llevar el equipaje de un fin de semana pero ligeramente inferior al que ofrecen las alternativas de las que hemos hablado: 384 l en el CUPRA Born, 389 l en el Renault Megane E-TECH Eléctrico y 385 l en el Volkswagen ID.3 (listado de turismos eléctricos de entre 4,15 y 4,4 m de longitud, ordenados por volumen del maletero). En la versión Luxury, que es la más cara y con más equipamiento de toda la gama, el piso del maletero se puede colocar a dos alturas; en la inferior se consigue la máxima capacidad y en la superior, se crea un doble fondo y, además, permite obtener una superficie de carga más o menos plana al abatir los respaldos de los asientos posteriores (imagen). Por lo demás, es un espacio de carga sencillo, sin muchos accesorios para colocar u ordenar objetos: un par de redes en las paredes laterales, una percha para colgar bolsas o pequeños objetos y un plafón de iluminación que proporciona una luz muy ténue. La apertura del portón es siempre manual.
La posición de conducción tiene poco en común con la de un SUV al uso, pero los asientos tampoco van tan cerca del piso como en un turismo convencional. En el MG4 se va sentado en una posición intermedia, ni muy alta ni muy baja. Un inconveniente que hemos encontrado tanto a la hora de entrar como de salir del habitáculo ha sido que la pierna tiende a rozar contra el listón de plástico que recorre la parte baja de carrocería por la zona exterior y se ensucia la ropa. Alrededor del puesto de conducción hay huecos más que suficientes y de tamaño correcto para dejar objetos de distinto tipo (y algunos con el fondo de goma, un buen detalle). La superficie de carga inalámbrica (si está montada) va en una especie de bandeja donde también está el mando selector de las posiciones de marcha, que es circular (imagen).
En el salpicadero hay dos pantallas, una para la instrumentación (imagen) y otra para el sistema multimedia (imagen). Ambas presentan una buena resolución (sobre todo la de mayor tamaño), pero tienen en común un aspecto claramente mejorable: la fuente de letra utilizada para mostrar la información es muy pequeña y, en ocasiones, cuesta leerla (sobre todo en marcha). Además, y esto solo afecta a la del sistema multimedia, el área que se ha de pulsar para activar o desactivar algunas funciones es igualmente muy reducida, obligando a desviar la vista de la carretera más tiempo del deseable.
La que hace las veces de instrumentación es de siete pulgadas (es más bien pequeña) y, aunque no tiene una cubierta por su parte superior, se ve muy bien incluso en días soleados. Muestra información básica de la conducción (velocidad, indicaciones del navegador y de los asistentes de conducción) y también los datos del ordenador de viaje (tiene tres parciales distintos).
La del sistema multimedia es mucho más grande (10,25 pulgadas) y tiene unos menús lógicos y sencillos, pero su rendimiento no nos ha parecido especialmente bueno: no responde con rapidez a los toques con los dedos, algunas funciones no están disponibles nada más arrancar el coche (y tienen que pasar bastantes minutos para que lo estén) y el sistema de comandos vocales tiene un funcionamiento malo. Además, cada vez que se arranca el coche, suenan por los altavoces una serie de frases de «bienvenida» (el día, la hora y la temperatura ambiental, entre otros; el día no lo acierta nunca) que no están traducidas al español por completo (algunos datos los da en español y otros en inglés con acento español). En definitiva, es un sistema multimedia que se ve claramente superado por el de sus alternativas, especialmente en del Renault con el Megane E-TECH Eléctrico (el de este es toda una referencia). Al menos es compatible con Android Auto y Apple CarPlay (mediante cable, eso sí).
Por debajo de la pantalla del sistema multimedia hay una hilera de botones que permiten acceder directamente a algunas funciones del mismo (imagen), lo cual siempre supone una ventaja de cara a la seguridad (con botones «físicos» no es necesario apartar la vista de la carretera, o al menos no tanto). También desde el volante hay un botón que permite acceder a algunas funciones y que es programable (por ejemplo, es posible controlar algunas funciones del climatizador o modificar el nivel de intensidad de la frenada regenerativa).