Mitsubishi Outlander (2025) - Un SUV amplio, rápido y muy confortable | Impresiones de conducción

22/09/2025 |Fernando Ríos (@RiversChains)

Si hay una cualidad en la que sobresale el Mitsubishi Outlander es, sin ningún tipo de duda, el confort de marcha. No es solo cuestión del trabajo que hace la suspensión, sino también de otros factores como el aislamiento acústico, la calidad de rodadura o el funcionamiento del sistema propulsor, sin asperezas. No es un coche adecuado para aquella gente que busque un tacto de conducción «directo» o cierta agilidad de reacciones (para eso son mejores los Peugeot 5008 y Renault Espace, por ejemplo), pero se me ocurren pocas alternativas mejores para hacer largos viajes en familia sin acusar demasiado el cansancio.

La suspensión es blanda en términos generales, aunque ocurre un poco como con algunos modelos de Citroën: la primera parte del recorrido ofrece poca resistencia y absorbe muy bien las irregularidades de la carretera, mientras que la segunda es algo más firme y no permite que la carrocería se mueva demasiado. Lo hace claramente más que los modelos de Peugeot y Renault citados anteriormente, pero no de una manera tan exagerada como el BYD Seal U, por ejemplo.

En nuestras maniobras de esquiva y eslalon los resultados fueron correctos. Desde el punto de vista de la seguridad, que es lo importante, no hubo problemas: el coche reaccionó sin movimientos erráticos o desconcertantes para el conductor. No obstante, los cambios de apoyo fueron más bien torpes y las ayudas electrónicas funcionaron con mucha brusquedad. En este vídeo de nuestro canal de YouTube damos muchos más detalles al respecto de este tipo de ejercicios.

El único sistema propulsor disponible para este Outlander es uno híbrido enchufable de 306 CV que, como hemos mencionado anteriormente, funciona con mucha suavidad. En la mayoría de circunstancias las sensaciones al volante son muy parecidas a las que ofrece un coche completamente eléctrico, no uno que también funciona con gasolina (el motor de combustión pasa desapercibido incluso cuando gira alto de vueltas). Y lo mismo ocurre a la hora de acelerar: lo hace casi con la misma inmediatez de uno eléctrico (sobre todo ante demandas de potencia bajas o medias) y de una manera intensa y progresiva. Muy agradable.

Lo que sí tiene margen de mejora es el rendimiento del mismo, que sin ser malo, no llega a brillar como sí lo hace su funcionamiento. Las prestaciones que hemos medido son buenas, las esperables para un coche de este tipo (3,1 s para acelerar de 40 a 80 km/h y 4,7 s para hacerlo entre 80 y 120 km/h), pero el consumo solo es bajo cuando la batería tiene carga. De lo contrario, será habitual movernos en el entorno de los 8,0 a 10,0 l/100 km. La autonomía homologada, que en este caso es de 84 km, es alcanzable en condiciones de circulación reales. En el apartado de consumo y recarga hablamos más en profundidad sobre estos asuntos.

El sistema de propulsión tiene cuatro modos de funcionamiento: eléctrico (es el que selecciona el coche de manera predeterminada siempre que la batería tenga carga), híbrido (cuando la batería se agota o lo seleccionamos de manera manual), mantenimiento de la carga de la batería y carga de la batería. Los dos últimos suponen aumentar el consumo de combustible durante la conducción, pero pueden resultar útiles para según qué situaciones (por ejemplo, para poder entrar con posterioridad en una zona de bajas emisiones).

Cuando el coche funciona en modo eléctrico, las prestaciones son peores que en modo híbrido, como es lógico, pero son más que suficientes como para cubrir sin problemas las necesidades diarias. En estas condiciones hemos medido una aceleración de 40 a 80 km/h en 4,5 segundos y de 80 a 120 km/h en 8,1 s, unos datos similares a los de modelos tan variopintos como un Honda HR-V de 131 CV o un Volkswagen Polo 1.0 TSI de 95 CV.

El nivel de frenada regenerativa tiene cinco posibles ajustes que se seleccionan mediante las levas del volante. También hay un botón en la consola que incrementa la retención al máximo. No llega a ser una función de pedal único porque no llega a detener el coche (lo frena hasta unos 10 km/h), pero en ciudad puede ahorrar muchos movimientos del pie derecho de un pedal al otro.

También hay varios programas de conducción, concretamente siete: Eco, Normal, Power, Asfalto, Grava, Nieve y Barro (imagen). Modifican la respuesta del sistema híbrido, la dirección, los frenos y del sistema de tracción total S-AWD.