Nissan Almera Tino 1.8 (2000) | El motor es insuficiente en prestaciones y no económico de consumo

El motor 1.8 16V de 114 CV de potencia no es capaz de mover el Almera Tino con la misma soltura que otros monovolúmenes de potencia similar. Se muestra «perezoso» por debajo de 4.000 rpm y tampoco da mucha sensación de potencia desde este régimen hasta 6.300 rpm (donde empieza la zona roja del cuentavueltas), a pesar de tener admisión variable que, en principio, mejora su respuesta a cualquier régimen. De hecho, no merece la pena subir más allá de 6.000 rpm (el régimen de potencia máxima está a 5.600 rpm), salvo cuando es imprescindible que el motor quede lo más alto de régimen posible, tras cambiar a una marcha más larga.

Al acelerar, la falta de empuje es evidente y obliga a recurrir a las marchas cortas para ganar velocidad con mayor agilidad; no estamos hablando de «ir de carreras», sino de mantener un ritmo normalmente rápido con el coche vacío o normal con él cargado. Hay dos factores que repercuten negativamente en las prestaciones: uno, el Tino es muy pesado: 1.370 kg (relación peso/potencia es 12 kg/CV; otro, que nuestra unidad de pruebas tenía unos neumáticos 205/55 VR16 sobre llantas de aleación opcionales que alargan ligeramente el desarrollo del cambio (35,5 km/h en 5ª a 1.000 rpm frente a 34,6 km/h con los neumáticos 195/65 VR 15 de serie). Estos dos factores desfavorables le llevan a necesitar casi 300 m en nuestra prueba de adelantamiento desde 100 km/h y 22 segundos para recuperar de 80 a 120 km/h en 5ª.

En una zona llana, el motor no es capaz de superar 5.000 rpm en quinta marcha (la velocidad máxima la da en cuarta) y, en cuanto llegamos a una subida, a duras penas mantiene la velocidad. La aguja del velocímetro comienza a caer y el coche pide exprimir la cuarta si queremos mantenerla. Y esto, con el coche vacío, a plena carga la cosa es todavía peor.

Esta necesidad de recurrir a marchas cortas para mantener un ritmo entre 120 y 140 km/h lo hace especialmente ruidoso y repercute en el consumo. En nuestra prueba hemos medido un consumo medio de 12,4 l/100 km circulando a un ritmo ágil por ciudad y carretera, pero el consumo se disparó hasta 15,1 l/100 km tras realizar una conducción exigente y exprimir la potencia del motor.

Nissan Almera Tino 1.8 (2000) | Estabilidad y confort al mejor nivel

Mi primera sorpresa al conducir el Nissan Almera Tino 1.8 fue comprobar que su estabilidad es mejor que la de los Almera 3 ó 5 puertas con el motor 2.2 Di hemos probado recientemente. El Tino 1.8 de gasolina no es más pesado que el Almera 2.2 Diesel, las suspensiones del monovolumen tienen amortiguadores, muelles y barra estabilizadora menos flexibles, las vías han aumentado (65 mm delante y 55 mm detrás) y nuestra unidad de pruebas tenía neumáticos más anchos (205/55) que se ofrecen con las llantas de aleación opcionales de 16 pulgadas.

Así pues, a pesar de tener un centro de gravedad más elevado, la estabilidad del Almera Tino 1.8 es superior. El monovolumen se inclina menos en las curvas, las suspensiones no rebotan tanto y el eje delantero es más eficaz, subvira menos. Y todo ello con un nivel de confort realmente bueno.

Su eje trasero rígido con el sistema Scott-Russell se comporta tan bien en carreteras de asfalto uniforme como sobre carreteras de firme bacheado y sus reacciones son muy progresivas en cualquier situación. El Almera Tino está al mejor nivel en estabilidad frente al resto de sus rivales y solamente el Fiat Multipla tiene más aplomo en curva.

No tiene control de tracción como el Mazda Premacy 1.8, pero tampoco le hace falta porque no pierde motricidad. Sí echamos en falta el control de estabilidad, elemento que sólo el Opel Zafira tiene disponible opcionalmente entre los monovolumen compactos.

La buena estabilidad de este Nissan se complementa con un equipo de frenos eficaz y que resiste bien el trato exigente. El tacto del pedal es muy progresivo y fácil de dosificar y el ABS de serie con distribuidor electrónico de la fuerza de frenada (EBD) contribuye a frenar de forma equilibrada y en pocos metros, y funciona bien incluso en carreteras bacheadas. Además, el Tino lleva de serie un sistema de asistencia de frenada (Nissan Brake Assist) que aumenta al máximo la presión del circuito de frenos en maniobras de emergencia.

El cambio es rápido y preciso, pero pudimos apreciar una holgura en la palanca del Tino que no tenía el Almera. En Nissan nos han comunicado que esto se debe a un casquillo defectuoso del reenvío del cambio que ya se ha modificado en todos los modelos puestos a la venta. Las vueltas de volante aumentan con relación al Almera (3,2 contra 2,9 ) para mejorar su maniobrabilidad, aspecto muy bien resuelto en el Tino.

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