El Nissan Micra lleva sin cambios profundos desde su aparición, en 1992. A finales de 2000 su aspecto fue modificado ligeramente y recibió un nuevo motor denominado 1.4, de 82 caballos de potencia máxima. Mejora a su predecesor (un 1,3 litros de 75 CV), pero no alcanza la suavidad de otros motores que hay en esta categoría. El consumo es alto para un coche de este tamaño y peso.
La versión 1.4 Sport, a pesar del nombre, no tiene las reacciones de otros coches con una cierta orientación «deportiva»; sólo puede adquirirse con carrocería de tres puertas.
El paso de los años se le nota al Micra. Se trata más de una sensación al sentarse en el coche que de aspectos concretos. La sensación proviene del aspecto del salpicadero, rematado sin el cuidado que se encuentra en la actualidad en la mayoría de modelos. Está claro que no es un problema de fabricación en este caso, sino de diseño. Lo más concreto es la falta de equipamiento de seguridad activa y pasiva. Esta es la versión de Micra mejor equipada con elementos de seguridad y, aun así, el ABS es opcional con un precio elevado: 195.000 pesetas.