El Omoda 5 SHS-H (siglas de Super Hybrid System-Hybrid) es la versión híbrida no enchufable de la gama Omoda 5. Además, con 224 CV, es el Omoda 5 más potente hasta la fecha. Está a la venta por 29 400 euros (listado de precios), por lo que es más caro que un MG ZS Hybrid+ (194 CV) y un EBRO s400 HEV (211 CV). Otras alternativas como el Nissan Qashqai e-Power (205 CV), el KIA Sportage HEV (239 CV), el Renault Austral full hybrid (199 CV) y Hyundai Tucson HEV (215 CV), son más costosas. Listado comparativo de SUV híbridos no enchufables de entre 4,30 a 4,55 metros de longitud y más de 190 CV.
El 5 SHS-H mide siete centímetros más que la versión de gasolina y que la eléctrica debido a que el paragolpes delantero es más voluminoso. La parrilla tiene un aspecto diferente (imagen) y las luces diurnas son las mismas que utiliza el 5 EV (imagen). El Omoda 5 de combustión tiene unas luces diurnas diferentes, con forma de «T» (imagen), aunque a principio de 2026 Omoda las reemplazará por las del modelo híbrido y eléctrico.
Su sistema de impulsión está compuesto por un motor de gasolina de 143 CV —ciclo Miller, cuatro cilindros, 1499 cm³ de cilindrada y sobrealimentación mediante un turbocompresor— y dos motores eléctricos integrados en la transmisión (denominada Super Electric Hybrid DHT) que pueden entregar hasta 150 kW (204 CV). Uno de los motores trabaja siempre como propulsor y el otro, como generador. La potencia máxima del conjunto es de 224 CV y el consumo medio homologado, 5,3 l/100 km.
En esta versión híbrida no enchufable el principal encargado de mover el vehículo es el motor eléctrico de mayor potencia. El de gasolina sirve de apoyo al eléctrico cuando la demanda de aceleración así lo requiera y de generador para mantener la batería con suficiente carga.
La batería es de tipo LFP y tiene 1,83 kWh de capacidad bruta (no sabemos la capacidad neta). Según Omoda, a una temperatura ambiente de 25 °C y con un estado de carga igual o superior al 50 %, puede alcanzar una potencia de descarga instantánea de hasta 85 kW (116 CV) durante 10 segundos. El funcionamiento del sistema híbrido se puede ajustar a las necesidades puntuales del conductor mediante dos modos de conducción: Eco y Sport.
Hemos conducido brevemente este modelo. Realizamos unos 100 km en un recorrido de ida y vuelta, con unas condiciones muy similares a las que se puede encontrar un conductor que resida en la periferia y trabaje en el centro de la ciudad: atascos, multitud de semáforos, un pequeño tramo por autovía y todo ello acompañado de lluvia intensa. El consumo de combustible indicado por el ordenador fue bajo: 4,4 l/100 km en la ida con el modo Eco activado y cuidando mucho las aceleraciones y 5,0 l/100 km en la vuelta, con el modo Sport y realizando una conducción menos cuidadosa. Sea como fuere, para dictar sentencia tendremos que esperar a poder probar el Omoda 5 SHS-S en nuestro recorrido habitual en km77.com.
Lo peor de este Omoda 5 SHS-S es sin duda el tacto de la dirección. Está excesivamente asistida y no transmite nada de lo que ocurre entre el asfalto y los neumáticos. Pero restando esto, que a muchos conductores quizás les guste y les resulte confortable, la impresión que nos dejó esta versión es muy satisfactoria.
Lo que más nos ha llamado la atención es lo agradable del funcionamiento del sistema propulsor. Las transiciones entre uno y otro —gasolina y eléctrico— son prácticamente inapreciables, aunque curiosamente se nota más cuando el motor de combustión se apaga que cuando se enciende. El trabajo que ha realizado Omoda en la insonorización del habitáculo ha dado resultado porque ni en aceleraciones intensas, el ruido del motor resulta molesto (al menos con el nivel de equipamiento Premium, que es el que hemos probado).
En modo eléctrico, el 5 SHS-H se mueve como cabe esperar de un coche eléctrico, con suavidad y muy poco ruido. La diferencia entre llevar el modo Eco y el Sport es que con este último la respuesta del pedal del acelerador es muy rápida y casi brusca, lo que obliga a dosificar los movimientos sobre el pedal para no producir un movimiento de vaivén. En otros modelos de la competencia, como el Kia Sportage o el Hyundai Tucson, existen unas levas detrás del volante para regular el sistema de frenada regenerativa. En el Omoda hay que entrar en el menú del sistema multimedia y activar uno de los tres modos predefinidos, lo que complica y ralentiza mucho su uso.
El sistema multimedia es uno de los puntos con mayor margen de mejora. No porque sea lento (que no lo es, todo lo contrario) o la pantalla tenga mala resolución (que tampoco), sino porque los menús no tienen un orden lógico y obligan a dar pasos extra, como ocurre en el arriba mencionado caso de la frenada regenerativa. Tiene Android Auto y Apple CarPlay, ambos inalámbricos. Al menos con el primero, el sistema mueve la aplicación sin problema.
El interior mantiene el mismo diseño que las versiones de gasolina y eléctrica. El salpicadero tiene un sistema de doble pantalla, una para el cuadro de instrumentos y otra para el mencionado sistema multimedia, ambas de 12,3 pulgadas (imagen). Las cotas para los pasajeros no cambian respecto a estas versiones (impresiones del interior). En cambio, sí varía ligeramente la capacidad del maletero. Tiene 372 litros, 2 más que la versión de gasolina y 8 menos que la eléctrica.
El Omoda 5 SHS-H tiene mucho equipamiento de serie. Desde el acabado más sencillo —Pure— son de serie, entre otros elementos, el climatizador automático, el acceso y arranque sin llave, los faros y pilotos de ledes, los espejos exteriores eléctricos, los automatismos para los limpiaparabrisas y las luces, la conexión con Android Auto y Apple CarPlay, el control por voz, la cámara trasera, el asistente de arranque en pendiente, el freno de estacionamiento eléctrico y las llantas de aleación de 17 pulgadas.
El acabado Premium (sobrecoste de 3000 euros) añade a todo lo anterior un conjunto de cámaras que generan varias vistas del coche, unos asientos de cuero sintético con regulación eléctrica, calefacción y ventilación, un sistema de iluminación ambiente, unos cristales laterales laminados y traseros oscurecidos, los retrovisores plegables eléctricamente, la carga inalámbrica para móviles, el sistema de sonido Sony, la apertura y cierre del portón automático, unas llantas de aluminio de 18" y unas barras de techo.
En el precio de ambos acabados están incluidos los 7 colores de carrocería (dos de ellos bitono), 7 años de garantía o 150 000 km (lo que antes ocurra), 8 años de garantía o 160 000 km para la batería (lo que antes ocurra) y 3 años de asistencia en carretera.