El Opel KARL es un turismo de cinco puertas y cinco plazas que mide 3,68 metros de longitud, es decir, tiene un tamaño similar a modelos como el Fiat Panda (3,65 metros), el Mitsubishi Space Star (3,71 metros) y el Hyundai i10 (3,67 metros). Un Opel ADAM mide prácticamente lo mismo (3,70 m) pero su planteamiento es completamente distinto porque solo está disponible con carrocería de tres puertas, su interior tiene cuatro plazas y el precio es mucho más alto.
El KARL está disponible por 9637 euros (ficha técnica), un precio que lo sitúa entre los modelos más asequibles de tamaño similar. No llega a ser el más barato (listado comparativo), pero su equipamiento de serie es mucho más abundante que el de todos sus rivales, pues incluye elementos poco habituales como el programador y limitador de velocidad, el sistema de ayuda al arranque en pendientes y los espejos retrovisores eléctricos. Igualando el equipamiento lo máximo posible, únicamente el Suzuki Celerio 1.0 GL cuesta menos (ficha comparativa).
Solo está disponible con un motor de gasolina de tres cilindros, 1,0 litros de cilindrada y 75 caballos de potencia. Básicamente se trata del mismo motor 1.0 ECOTEC Turbo de 116 CV que ya utilizan modelos como el Corsa o el ADAM, aunque para el del KARL, Opel ha eliminado la sobrealimentación y ha utilizado un sistema de inyección indirecta.
El motor vibra poco (tan solo a ralentí se sienten unas pocas vibraciones), responde casi de manera instantánea a los movimientos que el conductor hace sobre el acelerador y permite circular con agilidad por ciudad y vías de circunvalación. Fuera de estos ámbitos, como suele ser habitual en coches con motores de potencia similar, es necesario reducir a una marcha más pequeña con frecuencia para poder mantener el ritmo.
La caja de cambios es manual de cinco velocidades y por 516 euros más —10 153 euros— está disponible una versión con cambio manual automatizado denominado «Easytronic», que también tiene cinco relaciones.
El consumo homologado de combustible es, en ambos casos, 4,5 l/100 km, una cifra superior a la de un Mitsubishi Space Star 100 MPI (4,0 l/100 km) y un Suzuki Celerio (4,3 l/100 km), e inferior a la de un Fiat Panda 1.2 69 CV (5,2 l /100 km) y un SEAT Mii 1.0 75 CV (4,7 l/100 km). El consumo es sensible a los cambios constantes de régimen de giro del motor, por lo que puede resultar algo elevado en ciudad o si se conduce frecuentemente buscando las máximas prestaciones. En nuestro recorrido de consumo, que es por una autopista con fuertes pendientes a una velocidad media real de 120 km/h, utilizó 6,6 l/100 km, un valor intermedio entre sus alternativas. Por ciudad es complicado que baje de 8-8,5 l/100 km y en vías extraurbanas es sencillo conseguir consumos bajos, de en torno a 4,5 l/100 km.
La suspensión es blanda — no tanto como por ejemplo la del Toyota Aygo, el Mitsubishi Space Star o el KIA Picanto—, aísla muy bien a los ocupantes de las imperfecciones de la carretera y a la vez no permite que la carrocería se balancee mucho en las curvas o las rotondas.
La dirección está muy asistida y permite maniobrar sin hacer esfuerzo, pero no ofrece apenas retorno de información al conductor. Tiene una función denominada «City» que aumenta la asistencia para facilitar aún más las maniobras de aparcamiento (imagen del botón que la acciona).
Según nuestras mediciones, el habitáculo del KARL es uno los más espaciosos de entre aquellos modelos que tienen una carrocería de tamaño similar. En las plazas traseras hay más espacio para las piernas que en algunos vehículos de tamaño superior, como por ejemplo el Volkswagen Polo y el Peugeot 208. La altura libre hasta el techo en estas plazas tampoco es un problema para aquellas personas que midan hasta, aproximadamente, 1,85 metros de altura. Más información en el apartado impresiones del interior.
El maletero es uno de los aspectos menos conseguidos del vehículo. Tiene unas formas aprovechables, pero con 206 litros de capacidad se encuentra entre los más pequeños frente a sus rivales, como se puede ver en este listado, ordenado de mayor a menor capacidad de maletero, de turismos de cinco puertas que miden menos de 3,75 metros.
Solo hay un nivel de equipamiento disponible para el KARL, denominado Selective. Tiene de serie, entre otros elementos, programador de velocidad, ordenador de viaje, seis airbags, conexión Bluetooth para el teléfono móvil, asistente de arranque en cuesta, aire acondicionado y mandos en el volante para controlar la radio y el programador de velocidad. Opcionalmente puede tener algunos elementos que no son habituales en vehículos de este tamaño y nivel de precio, como faros antiniebla que se iluminan en giros a poca velocidad para alumbrar la trayectoria del coche o un sistema de aviso por cambio involuntario de carril. Este último funciona mediante una cámara situada en la parte superior del parabrisas que detecta las líneas de la calzada y no nos ha gustado porque tiene un funcionamiento errático (más información el apartado impresiones de conducción).
Desde noviembre de 2015, Opel ofrece una nueva generación del sistema multimedia «Intellilink» (imagen). Tiene una pantalla táctil de siete pulgadas colocada en la parte superior del salpicadero y se puede conectar con los protocolos de comunicación Apple Car Play y Android Auto. También ofrece el servicio Opel «OnStar», con el que un asistente personal podrá solucionar las incidencias que puedan ocurrir con el vehículo, y conexión a internet 4G. Todo ello viene incluido en un paquete opcional denominado «Pack Techno», que cuesta 490 euros.
El nombre de KARL hace referencia a uno de los hijos de Adam Opel, fundador de la compañía en 1862. En otros mercados tiene el nombre de Vauxhall Viva.
Asegurar a todo riesgo un Opel KARL cuesta un mínimo de 898 euros anuales. Es una póliza de la compañía Direct Seguros que tiene una relación entre calidad y precio normal —5,24 puntos sobre 10—. El tomador es una mujer soltera de 25 años que reside en Madrid, recorre unos 15 000 km anuales y aparca en la calle. Se pueden hacer otros supuestos con nuestro comparador de seguros.