El Peugeot 207 es uno de esos coches en los que el diseño ha determinado —en más medida que en otros casos— la funcionalidad de la carrocería. Esto se aprecia más en las plazas traseras que en las delanteras.
Delante hay mucho espacio y da sensación de desahogo: la base del parabrisas queda lejos, el puesto de conducción es satisfactorio y hay espacio de sobra para que dos personas de casi cualquier talla se puedan sentir cómodas.
El volante tiene ajustes vertical y horizontal amplios, y se adapta a gustos muy distintos. Los pedales, y sobre todo el apoyo para el pie izquierdo, quedan algo cerca del cuerpo. Este aspecto puede quedar parcialmente mitigado desplazando el asiento hacia atrás, porque el volante puede ir muy lejos del salpicadero; en este caso, el espacio disponible para las plazas traseras no es grande.
La visibilidad hacia delante es buena, pero dada la forma del frontal es difícil adivinar dónde acaba la carrocería. Hacia atrás, la visibilidad es suficiente y en tres cuartos trasero es algo escasa por la forma de los montantes traseros.
El mayor inconveniente que tiene la carrocería de tres puertas es que las dos puertas laterales son largas y pesadas. Por esta razón, la carrocería de cinco puertas nos parece mucho más cómoda y recomendable, incluso para quien no tenga pensado utilizar con frecuencia las plazas traseras.
Un inconveniente en ambas carrocerías es que el tirador interior de las puertas delanteras es incómodo de accionar porque va muy adelantado (casi en el principio de la puerta, muy cerca del salpicadero). Para manejarlo puede ser necesario separar la espalda del asiento.
Los resposacabezas pueden quedar bien situados (cerca de la cabeza). El ajuste de la altura de la banqueta y la inclinación del respaldo se hace mediante palancas con puntos fijos de anclaje. Este tipo de ajuste tiene el inconveniente de que la posición ideal de ciertos conductores está entre dos puntos y que no permite variar la posición en marcha con seguridad.
Las plazas traseras son poco espaciosas para la longitud de la carrocería (4,0 m). Hay menos espacio que en un Grande Punto o que en un Ford Fiesta y más o menos el mismo que en un Renault Clio. El techo tiene formas irregulares en su parte más retrasada y no deja mucha altura libre para las cabezas de los ocupantes.
El maletero tiene 300 l de capacidad. Es un valor bueno, pero menor que el de coches como un Citroën C3, un Fiat Punto o un Renault Clio. En el maletero hay dos ganchos para colgar bolsas, argollas y una cinta elástica en uno de sus laterales. Dentro del maletero va colocada la rueda de repuesto, que es del mismo tamaño que las otras cuatro.
Todas las versiones que se venden en España tienen la parte del superior del salpicadero recubierto con un plástico almohadillado. Es el mejor recubrimiento interior que tiene el 207. Por lo demás, la calidad de acabado del 207 es corriente: salvo excepciones, el resto del los recubrimientos del interior son de plástico negro de distintos tipos, pero sin un tratamiento profundo que le dé un aspecto particularmente bueno. Si el coche tiene asientos de cuero, también van tapizados en este material ciertas piezas del recubrimiento de las puertas.
Ciertos huecos del interior tienen un fondo de goma para que no se muevan los objetos ahí depositados. En todo caso, no abundan los huecos para depositar objetos y ninguno tiene tapa, excepto la guantera. Si el coche va equipado con cargador de discos en la consola, se pierde un cómodo receptáculo para depositar objetos.
Enrasados en la parte central y superior de la consola puede llevar cartuchos de fragancia (hay hasta 7 olores posibles); su reemplazo es muy sencillo.
Puede haber dos tipos de techo solar; uno fijo de 1 m2 de superficie (con cortinillas manuales) que abarca gran parte del techo y otro más pequeño que se acciona eléctricamente.