El Cayman es capaz de dar una aceleración grande para su potencia (295 CV) y es capaz de acelerar tanto o más que un BMW M3. Si el Cayman es un coche así de rápido se debe a dos factores: tiene una buena relación entre peso y potencia, y un buen motor.
Es de esos motores rabiosos en los que, a medida que se acerca a su límite de giro, da una aceleración más intensa y un sonido más agudo. Aunque Porsche declara que la potencia máxima se consigue a 6.250 rpm, nosotros hemos obtenido la máxima aceleración apurando el motor hasta su límite (a unas 7.200 rpm) justo antes del corte de inyección. También se puede conducir en marchas largas a un régimen muy bajo, manteniendo una buena capacidad de aceleración (aunque lejos de la máxima que puede dar) y una respuesta inmediata a cada solicitud con el acelerador.
El sonido que emite el motor, sobre todo en plena aceleración, es muy alto y quizá el factor más importante que lo hace desaconsejable como coche para hacer largos recorridos con cierta comodidad.
El Cayman S puede tener un cambio manual de seis velocidades o uno automático de cinco. Sea con el que sea, el Cayman tiene unos desarrollos de transmisión muy cortos en la marcha más larga; la versión con cambio manual alcanza la velocidad máxima a casi 7.200 rpm, prácticamente en el corte de inyección.
El consumo que hemos obtenido está dentro de lo que cabe esperar. En nuestra prueba ha gastado entre 11,5 l/100 km en una utilización suave, con más carretera que ciudad; puede gastar menos en un recorrido exclusivamente por carretera. El consumo máximo que hemos medido ha sido 24,5 l/100 km, en un recorrido de carretera de montaña a un ritmo muy rápido, pero no a tope. En una utilización rápida por todo tipo de carreteras, aprovechando en ocasiones la máxima aceleración del coche pero lejos de las posibilidades máximas del coche, ha gastado 16,7 l/100 km
Las indicaciones de consumo del ordenador de viaje son muy precisas. Porsche recomienda para este coche gasolina de octano 98.