Para mi gusto y por el confort que ofrecen, los asientos delanteros son de lo mejor que se puede encontrar en un coche de su precio. Sí que es cierto que quien prefiera unos asientos duros y que den mucha sujeción al cuerpo, preferirá los deportivos que tiene opcionalmente un BMW Serie 3. A algunos de mis compañeros les gusta que el asiento del conductor pueda ir colocado más abajo de lo que puede ir en este Saab. A mí me parece que puede ir a una altura que, sin quedar alto, resulta cómodo para entrar y salir del coche.
Los apoyacabezas de estas plazas y de las exteriores traseras son de los que necesariamente hay que llevar a la altura correcta para que no molesten. Sólo se regulan en altura y quedan cerca de la cabeza. Cuanto más cerca queden, más seguros son. Saab utiliza reposacabezas del tipo activo (SAHR; Saab Active Head Restraint).
Sobre la impresión de calidad que da el 9-3, reproduzco alguna de las impresiones que tuvo mi compañero Enrique Calle en la prueba del 9-3 1.8t, con alguna pequeña actualización.
El 9-3 da un aspecto de calidad próximo al que dan un Audi A4, un BMW Serie 3 o un Lexus IS. Y es claramente mejor que otros coches de cuatro puertas y tamaño similar, como un Ford Mondeo o un Renault Laguna. Más cerca están un Volvo S60 y un Volkswagen Passat, pero creo que no llegan al nivel del Saab.
Todas las piezas están bien ajustadas y resultan sólidas, a excepción de la pieza de plástico que hay en la prolongación de la consola y sirve de asidero para el acompañante. Todo el salpicadero está hecho con plástico y espuma, un material que muchas marcas reservan para las partes más visibles. También es de este material el recubrimiento interior de las puertas, incluso en su parte más baja, que normalmente es de plástico duro y poco tratado.
Hay plástico pintado de buena calidad (con apariencia de estar recubierto por una capa de goma) en toda la consola central, los botones y los asideros de las puertas. Un tratamiento superficial semejante tienen los mandos de ventilación, los de la radio, el ordenador de a bordo, el freno de mano, los del programador de velocidad (integrados en los mandos intermitentes) y la velocidad de barrido del limpiaparabrisas.
Todos los mandos se encuentran fácilmente accesibles. A algunos de los que hemos conducido el coche nos ha parecido que el mando que controla el ordenador se encuentra algo lejos. Un botón en el volante hubiese sido una solución mucho más cómoda.
El ordenador da alguna información normal en estos dispositivos, como la media de consumo o velocidad. También se puede introducir la distancia que queda por recorrer, para que indique el tiempo estimado para llegar a ese destino.
En total hay tres pantallas: una en el cuadro de instrumentos (con el kilometraje total y el parcial), la del ordenador (situada en la parte superior central del salpicadero) y la del sistema de audio y navegación; me parece un error que no se pueda visualizar continuamente la temperatura exterior de forma independiente de la información que se quiera controlar en el ordenador.