La versión que hemos probado con más detenimiento es la Diesel de 105 caballos de potencia (que fue reemplazada por una versión con un motor similar pero de 110 caballos). Da un resultado bueno por consumo, capacidad de aceleración y suavidad de marcha. Según nuestras mediciones se puede ver que su capacidad de aceleración está ligeramente por encima de la media entre los coches de potencia parecida. No es en absoluto un coche rápido, pero considero que tiene el nivel justo de fuerza para que se puedan realizar viajes con comodidad, al menos por carreteras donde no abunden fuertes pendientes o sea necesario adelantar con frecuencia en poco espacio.
El SEAT León es un coche relativamente ligero. Por ejemplo, con el motor 1.4 TSI de 140 caballos (que ya no está disponible) es el coche más ligero entre los de tamaño y potencia parecida (1231 kg). Con motor Diesel de 105 caballos pesa 1260 kg, lo que significa que es más ligero que los León de las dos anteriores generaciones (ficha comparativa). Quizá por ese motivo hemos obtenido unos valores de aceleración relativamente buenos.
Para quien sí necesite esa capacidad de aceleración adicional está la versión Diesel de 150 caballos, aunque no es superior a la de 105 en algunos aspectos, por ejemplo por suavidad de marcha. Me ha parecido que este motor se oye más en el interior y transmite más vibraciones. Por lo tanto, para quien no dé valor a la capacidad extra de aceleración del motor de 150 CV, el de 105 me parece mejor opción. En general, el SEAT León con este motor Diesel, es un coche más bien silencioso y que rueda con suavidad.
La versión de 105 caballos también obtiene valores de consumo muy bajos, al menos en el recorrido que usamos como referencia en km77.com (un tramo de 143,3 km, ida y vuelta, por una autovía con importantes desniveles y buscando una media real de 120 km/h). En ese recorrido consumió 5,8 l/100 km reales (después de añadir el error del 5% por defecto que hemos calculado en el indicador de consumo), que es un buen dato. De hecho, en el mismo recorrido y en condiciones muy parecidas, un Volkswagen Golf con el mismo motor y cambio automático de siete marchas («DSG»), consumió casi lo mismo (5,9 l/100 km).
Recordemos que esta versión del León sólo tiene cinco marchas —con la quinta no demasiado larga— frente a la inmensa mayoría de sus rivales, que tienen seis marchas, en ocasiones con un desarrollo más largo. Son cinco marchas bien elegidas y correctamente escalonadas; no he echado en falta casi nunca una sexta más larga o de desahogo.
El único punto que me parece mejorable de este motor Diesel de 105 CV (no solo en este León sino en general en los coches del Grupo Volkswagen que lo llevan) es que le falta algo de fuerza en el momento de comenzar la marcha. No es de esos motores Diesel de hace unos años que tenían tendencia a calarse al salir desde parado, pero en ese momento inicial no siempre acelera con la intensidad requerida.
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Durante la presentación de este modelo a los medios de comunicación, probé (aunque con poco deteniminiento) la versión de gasolina de 140 caballos (que ya no está disponible) y me pareció un motor sensacional. Aparentemente, lo tiene todo: fuerza desde muy pocas vueltas y gran facilidad para llegar a su régimen de potencia máxima (que es a 6000 rpm) e incluso superarlo. Además de fuerza, tiene un tacto muy bueno porque cada movimiento con el acelerador se traduce en una respuesta inmediata. Como casi siempre responde con intensidad y rápidamente, es un motor particularmente agradable de conducir. Está claro que esta versión gastará más carburante que cualquiera de las dos Diesel, pero quien dé especial valor a disponer de un buen motor de gasolina y no haga muchos kilómetros al año, creo que esta versión puede ser muy conveniente. Además hay que añadir que parece un modelo especialmente rápido para la potencia declarada; para dar una información fiable tendríamos que medir sus prestaciones pero, sin hacerlo, me dio la impresión de ser más rápido que el Diesel de 150 caballos.
Este SEAT León con motor de gasolina y de 140 CV fue sustituido en mayo de 2014 por una nueva versión 1.4 TSI ACT de 150 CV con desconexión de cilindros.
Impresiones sobre sus reacciones
La distancia entre ejes es seis centímetros más larga que en el modelo anterior. Un aspecto importante de este modelo es que, en combinación con motores de hasta 150 caballos de potencia, la suspensión posterior es de brazos tirados unidos por un eje torsional. Por su parte, las versiones más potentes llevan suspensión posterior de paralelogramo deformable (como la del León anterior). Las dos están presentes en el Audi A3 y en el Volkswagen Golf. No me parece un desdoro que la suspensión del SEAT León pueda ser de brazos tirados (técnicamente sencilla y teóricamente barata): a mi juicio importa más cómo va que lo que ponga en su ficha técnica y este León va muy bien. Si hay diferencias de reacciones entre los León con uno u otro tipo de suspensión, no lo sabremos hasta que tengamos oportunidad de conducirlos a la vez.
El SEAT León Diesel de 105 caballos tiene una respuesta dinámica buena. Es más blando de suspensión a igualdad de motor que antes y quizá no tiene esa respuesta tan precisa en curvas. Si antes el León podría ser elegido por las personas que dieran gran importancia a las cualidades dinámicas (agilidad en curva, tacto de dirección, etc), el nuevo ya no, en parte por lo que ha perdido en este sentido y también por el avance de la competencia, que está a un nivel muy bueno.
La flexibilidad de la suspensión está muy bien lograda; ni es incómoda ni, en absoluto, demasiado blanda para un uso normal. Es un ajuste adecuado para un amplio abanico de usuarios y tipos de conducción, aunque sí puede ser algo blanda para quien quiera un coche que cabecee y balencee muy poco en frenadas intensas o fuertes apoyos. Para quien desee una amortiguación más firme, tiene a disposición las versiones con el nivel de equipamiento «FR», que sólo está en combinación con los motores más potentes.
El León con equipamiento FR tiene el positivo denominado «SEAT Drive Profile» que permite cambiar en tres niveles («eco», «confort» y «sport») la asistencia de la dirección, la respuesta del motor al acelerador y el sonido del motor. También se puede cambiar la iluminación interior entre blanco (para el ajuste «eco» y «confort») y rojo (para el modo «sport»). Este dispositivo no lo tenían las unidades que he podido conducir.