La consola central está orientada hacia el conductor, nos ha parecido que todo queda muy a mano. Me parece especialmente reseñable que la pantalla central esté a poco más de un palmo de distancia del aro del volante y en posición elevada (imagen). Esa ubicación facilita su manejo durante la marcha sin necesidad de tener que desatender mucho la carretera.
Hay tres niveles de equipamiento: «Reference», «Style», «FR» y «Cupra». Hasta abril de 2014 el SEAT León se comercializaba con un nivel de acceso llamado «Emoción». Las versiones con el acabado «Reference» llevan una pantalla en el salpicadero de 5” (equipo denominado «Media System Touch»). El siguiente escalón es una pantalla también de 5 pulgadas, pero a color («Media System Colour»). Es la que tenía la unidad que hemos probado (era una opción) y nos ha dado la impresión de que es intuitiva, sencilla de manejar y que responde con rapidez a las órdenes que se dan con los dedos. También se puede instalar otra de mayor tamaño, 5,8 pulgadas, con navegador («Media System Plus»). Aquí hay más información sobre el funcionamiento de esta pantalla, y en general, sobre todo el sistema multimedia del SEAT León.
Para gestionar las funciones más básicas (como consultar el consumo, cambiar la emisora de la radio o ver la información resumida del navegador) no hace falta recurrir a la pantalla del salpicacero, sino que se puede hacer desde la que hay en la instrumentación y que se maneja con los mandos del volante, que son fáciles de utilizar. Esta pequeña pantalla puede ser a color o en escala de grises (depende del nivel de equipamiento del coche). Vídeos con más información y ejemplos de su manejo y funcionamiento.
Justo por debajo de la pantalla de la consola están los mandos de la ventilación. Pueden ser de dos tipos en función del equipamiento: con aire acondicionado o con climatizador. El climatizador funciona correctamente. No es de los que menos tiempo necesitan para empezar a caldear el habitáculo cuando el coche ha pasado varias horas en aparcado con una temperatura exterior baja, pero pasado ese momento inicial, es capaz de mantener la temperatura elegida con muy poco ruido y sin producir molestas corrientes. Me parece una opción recomendable en los casos que no venga de serie.
El puesto de conducción es muy bueno. Me da la impresión que el asiento puede ir un poco más cerca del suelo de lo normal que en los coches con los que compite como, por ejemplo, un Renault Mégane o un Toyota Auris. Con el asiento abajo del todo, la palanca de cambios queda relativamente elevada respecto al cuerpo, casi como en algunos cupés. Los pedales están correctamente colocados (como novedad, el acelerador ya no va articulado en el suelo) y hay un apoyo grande y sólido para el pie izquierdo.
Los asientos de las versiones básicas son de calidad razonable. A algunos les pueden parecer un poco blandos y que el reposacabezas queda algo lejos, pero es mejor que cada uno lo compruebe por sí mismo. Los de las versiones «Style» tienen resaltes laterales más generosos; durante la presentación los probamos tapizados en piel y me dio la impresión de que era algo resbaladiza (y fría), por lo tanto, no me cabe duda que habrá gente que prefiera la tapicería de tela.
Los cinturones de seguridad no tienen regulación en altura. Cuando he ido de conductor (a mí me gusta ir relativamente cerca del volante) me quedaba perfectamente colocado. De acompañante, no. Si me colocaba el asiento más bien retrasado (tampoco mucho), la parte del tórax del cinturón apenas se apoyaba en el hombro (no pasaría, o pasaría menos, si se pudiera cambiar la altura del cinturón). Nos ha ocurrido a otra persona y a mí, y ninguno de los dos somos estrechos de espalda ni de torso delgado; es decir es un inconveniente que ocurrirá a menudo salvo a personas que sean muy voluminosas.
La instrumentación tiene, además de la temperatura del líquido de refrigeración, indicador de temperatura de aceite (casi en desuso en los coches modernos). No me ha gustado ni el indicador del nivel de carburante, ni el de la temperatura del agua; son de barritas luminosas que —además de no registrar pequeñas variaciones como un indicador tradicional de aguja—, no se ven con facilidad durante el día. Otro fallo al que sigo sin encontrarle explicación es que la instrumentación no tiene un testigo de luces cortas: está claro que hay a quien así le parece bien pues el Grupo Volkswagen lleva muchos años fabricando instrumentaciones sin este indicador.
El interior del SEAT León tiene, comparativamente, más espacio a lo largo y a lo alto que a lo ancho. Esa distribución es muy adecuada para cuatro pasajeros, pero desaconsejable para cinco. A la falta de anchura se añade la falta de mullido en las zonas más próximas a las puertas. De esta forma, si los pasajeros de las plazas laterales se echan hacia los lados para dejar sitio a un tercer ocupante, sus espaldas apoyan en una pieza de plástico duro (imagen). Las fijaciones Isofix quedan en un lugar muy accesible.
Las versiones de menor equipamiento no tienen el volante tapizado en piel sino que todo el aro es de plástico, un plástico de grano fino y ligeramente blando. Aunque al principio pueda parecer un fallo muy grande, lo cierto es que no es basto, ni áspero y, de hecho, me ha parecido que hasta tiene buen tacto.
Una cosa que he echado en falta en la versiones de menor equipamiento ha sido que ninguno de los huecos del interior —a excepción de la guantera— tienen tapa. En las versiones más costosas sí hay alguno, como por ejemplo, el que hay justo delante de la palanca del cambio de marchas y en el extremos poterior de la consola. Con el nivel de equipamiento «Reference», los espejos de cortesía de los parasoles no tenían luz (no sé si la llevan las versiones más costosas).
El maletero tiene formas muy aprovechables (sin recovecos ni estrechamientos que le resten practicidad) y con ganchos para colgar bolsas (imagen). El único inconveniente es que para introducir o sacar objetos de su interior hay que salvar un escalón muy grande. Cuando se abaten los asientos posteriores para aumentar la capacidad de carga, queda otro desnivel entre el maletero y los respaldos (imagen). La rueda de repuesto, de medidas de emergencia (imagen), está disponible en opción.
Un detalle curioso es que el borde del portón tiene dos ganchos (uno a cada lado) para colgar objetos de hasta 1,5 kg (imagen).
Aunque la sensación general que transmite el León es de ser un coche sólido y bien construido, algunos detalles desvelan que el cuidado por el detalle no está cerca del que tienen los mejores coches del mercado. Por ejemplo, los cajones de las puertas no están revestidos, hay muchos plásticos duros, en la cara interior de las puertas no hay luz (ni un simple reflectante) para ser vistos por la noche (imagen) y los carriles de los asientos quedan perfectamente visibles desde algunos ángulos (imagen).