El Škoda Fabia TDi tiene un motor de 101 CV que aparentemente alcanza una potencia superior. Este motor permite realizar viajes largos a velocidades elevadas con poco consumo y normalmente con una reserva de potencia bajo el pie por si necesita mayor aceleración. Se puede decir que el Fabia con este motor va sobrado.
Su longitud es de casi cuatro metros, más grande por tanto que la mayoría de sus rivales, que suelen quedarse por debajo de 3,9 metros. Ese tamaño y la carrocería de cinco puertas le convierte en un pequeño vehículo familiar para cinco plazas (si los niños no son adolescentes corpulentos), con anchura en el asiento posterior para tres ocupantes y un espacio para las piernas suficiente para adultos. No es un típico coche familiar, pero se puede utilizar perfectamente para una familia con niños crecidos. Para una familia con niños pequeños, paradójicamente, no resulta tan recomendable. El maletero, de buen tamaño para su categoría, no es comparable al de vehículos mayores, y los muchos bultos que necesitan los pequeños pueden resultar excesivos para este utilitario.
El problema, en todo caso, será de volumen. El motor tira perfectamente de lo que le echen. Los 101 caballos del Fabia TDi serán de los de buena calidad (como decía hace muchos años un ilustre periodista del motor) porque parecen claramente más. Y también la respuesta a bajo régimen se asemeja a la de un coche de mayor cilindrada. Esta buena respuesta del motor se debe en parte al sistema de inyección. Gracias a él, el gasóleo se introduce en los cilindros de forma que permite un mejor quemado del combustible y mayor potencia. En contrapartida, no consigue un funcionamiento tan suave y silencioso como algunos competidores.
La eficiencia del sistema bomba inyector y las largas relaciones de cambio que se combinan bien con un motor con tan buena respuesta a medio régimen, son los artífices de un consumo bajo y una larga autonomía, a pesar de que el depósito de combustible no es grande. Esos desarrollos de la caja de cambios, con ser largos, no perjudican las prestaciones del coche, que se conduce de forma agradable tanto en autovía o autopista como en carretera virada de montaña.