Las cinco puertas del Fabia dan acceso a un interior cuidado. La tapicería de serie en la versión Elegance que hemos probado (de color beige y con unos dibujos de muñequitos) nos ha gustado a más de una de las personas que se han subido al coche. No me ocurre habitualmente que la gente me hable de la tapicería y por eso lo comento. El color parece bien conjuntado con el salpicadero y sobre el dibujo de muñequitos no puedo opinar. En una foto no se aprecia el detalle, por lo que mejor mirar bien en el concesionario antes de decidirse por el coche. Dibujos aparte, el tacto es agradable. Y los asientos resultan confortables.
El conductor tiene todos los elementos necesarios para encontrar la posición adecuada para conducir. El asiento es regulable en altura y el volante en recorrido vertical y horizontal. No es frecuente en coches de este tamaño que el volante pueda regularse en profundidad y para mí es un factor clave para sentirse cómodo.
La anchura en las plazas posteriores es idéntica a la de un Renault Clio y dos centímetros menor a la de un Fiat Punto de cinco puertas (de los mejores de la categoría, si no el mejor). Por tratarse de un coche más largo que sus rivales, el espacio para las piernas es también superior. Tres centímetros más que el Fiat Punto es un buen dato.
El Fabia Elegance tiene algunos detalles curiosos, como dos huecos que se pueden refrigerar o calentar para llevar bebidas. Esos rincones, cuando no son utilizados con latas pueden aprovecharse para llevar llaves, por ejemplo. En el interior hay sitio sobrado para dejar las cosas que molestan en los bolsillos. La guantera es grande.