En km77.com hemos probado la versión el Volkswagen Beetle Cabrio con motor Diesel de 140 CV. Este Volkswagen tiene un peso muy elevado (en concreto 1482 kg), 114 kg más que el Beetle con el mismo motor. Es más pesado que el Beelte porque la estructura ha sido reforzada para mejorar la rigidez torsional e incluye un sistema de protección en caso de vuelco compuesto por unos arcos de seguridad que salen justo por detrás de los reposacabezas de las plazas posteriores (imagen) en caso de que haya riesgo de que se produzca este tipo de accidente.
Sin embargo, ese peso elevado no se nota de forma definitiva en la aceleración. En la medición entre 80 y 120 km/h ha necesitado 7,2 segundos para completar la maniobra, dato que es bueno incluso si lo comparamos con coches de potencia parecida, tamaño similar y carrocería cerrada, que normalmente son más ligeros (tabla comparativa).
El Volkswagen Beetle Cabrio 2.0 TDI 140 CV me parece más que suficiente para desenvolverse con agilidad en la mayor parte de las circunstancias que se pueden dar en la carretera. Además es silencioso; obviamente se nota que es Diesel especialmente al ralentí, pero una vez en marcha es un motor muy suave y que pasa muy desapercibido incluso con el techo quitado. No he probado a circular con el techo plegado en calles estrechas, circunstancia donde el ruido de los motores Diesel suele ser muy evidente.
Me cabe la duda si las versiones de menor potencia (gasolina y Diesel, ambos de 105 caballos) serán suficientes, duda únicamente por el elevado peso del Beetle Cabrio, no porque estos motore tengan poca fuerza. De hecho, estos motores siempre me han parecido muy satisfactorios en otros coches del Grupo Volkswagen que he conducido, si bien todos eran más ligeros que el Beetle Cabrio.
El gasto de caburante es moderado. En nuestro recorrido habitual para medir el consumo, que es de 143,3 kilómetros y buscamos una media real de 120 km/h, ha consumido 6,5 l/100 km (ya añadido el error por defecto que hemos detectado del ordenador de viaje, en torno al cuatro por ciento). Este consumo ha sido más alto del que obtuvimos con un Volkswagen Golf Diesel de 150 CV (5,9 l/100 km), pero considero que se mantiene en valores aceptables teniendo en cuenta que se trata de un coche pesado y, posiblemente, con una resistencia aerodinámica elevada (estamos tratando de confirmar este dato). En esta ocasión no podemos ofrecer muchos datos comparativos de consumo porque no hemos probado prácticamente ningún otro descapotable parecido a este Volkswagen Beetle Cabrio; el que más se asemeja es el Volkswagen Eos con este mismo motor, que consumió una cantidad inferior, 6,2 l/100 km.
También medí el consumo en el mismo recorrido pero con el techo quitado (sin deflector aerodinámico y con las ventanillas completamente subidas), y el resultado fue 0,3 l/100 km superior (6,8 l/100 km en total). Aunque las condiciones no eran idénticas, sí eran parecidas, así como el estilo de conducción. Me parece que un incremento de consumo de 0,3 litros es más bien poco teniendo en cuenta que al viajar sin techo presumiblemente aumenta mucho la resistencia aerodinámica al avance. El primer recorrido (con el techo sobre la carrocería) lo hice cuando el coche contaba con 3400 kilómetros, durante esa medición la temperatura varió entre un mínimo de 10 ºC y un máximo de 14ºC. En el segundo recorrido (sin techo) el coche tenía 3980 kilómetros y la temperatura exterior osciló entre 12 y 18 ºC. En los dos casos, viajé con la calefacción del asiento del conductor conectada al mínimo de su intensidad, con el aire acondicionado desconectado y con el climatizador a veinticinco grados.
Me ha parecido que la respuesta dinámica en curva es algo más imprecisa que la del Volkswagen Beetle de carrocería cerrada. Se nota que es descapotable porque, a poco que el firme no esté en buen estado, aparecen pequeñas vibraciones en la carrocería que los ocupantes notan a través de los asientos y también en el marco del parabrisas. Esta falta de rigidez —debida a la ausencia de un techo que haga función estructural— también se nota levemente en la precisión en curvas lentas. Por ejemplo, cuando a la entrada de las curvas se exige mucho esfuerzo a la dirección y a la suspensión, se puede llegar a notar que la respuesta del coche no es directa, ni inmediata a las órdenes que da el conductor. Esto no es exclusivo del Volkswagen Beetle Cabrio, sino que también se da en mayor o menor medida en muchos descapotables derivados de un coche cerrado.
El recuerdo que guardo del Volkswagen Beetle «cerrado» es de mayor precisión en curvas y en firmes ondulados. No obstante, no me parece una diferencia enorme, ni creo que suponga un inconveniente evidente para quien no tenga la intención de ir de «carreras» por curvas, pero desde luego sí reafirma la opinión de que este coche no es un deportivo. Esta afirmación queda reforzada porque los frenos tienen muy poca resistencia al uso continuado; se sobrecalientan con facilidad después de unas pocas frenadas intensas.
En conjunto, me parece que es un coche que se puede disfrutar conduciendo a un ritmo moderado. El tacto general de la dirección, del cambio de marchas o de la suspensión (ni dura, ni excesivamente blanda) es muy bueno y por lo tanto es un coche al que se coge el tranquillo con facilidad.
Algunas impresiones sobre la conducción sin techo
El ajuste del techo es muy bueno. Por una parte, no produce ningún ruido molesto incluso a velocidades elevada (obviamente, a más velocidad más ruido, pero no aparecen pitidos o silbidos, por muy deprisa que se circule). Por otro lado, sobre carreteras en mal estado tampoco hay ruidos apreciables procedentes de sus puntos de unión con la carrocería. La capota está formada por tres capas, incluida la intermedia que es un fieltro de amortiguación para mejorar el aislamiento acústico del habitáculo Estructuralmente es muy similar a la del Golf Cabrio.
Para mover el techo es indispensable mantener pulsado el botón (bajo la parte superior del marco del parabrisas) durante todo el tiempo que dura el proceso (más adelante se podrá realizar este proceso desde el mando a distancia). Cuando finaliza aparece una indicación en la instrumentación y suena un pitido. El ajuste del climatizador cambia si circulamos con el techo sobre la carrocería o sin él. Cuando se elimina el techo se ajusta automáticamente a 25 grados de temperatura y si se vuelve a capotar se pone a 22 grados.
Como el parabrisas es muy alto es poco probable que el conductor o su acompañante, aunque sean muy altos, noten corrientes de aire molestas en la frente o en el cabello.
La unidad de pruebas que he probado no traía el deflector aerodinámico. Sin este elemento y con todas las ventanillas subidas, se notan corrientes de aire molestas en la nuca y en los hombros desde unos 80 km/h. El deflector aerodinámico suele ser un elemento muy importante en la mayor parte de los descapotables que conozco. Suele reducir mucho —en algunos coches más que en otros— las corrientes de aire y en consecuencia incrementa el numero de horas al cabo del año que se puede conducir sin techo. Desconozco cómo influye en este Beetle Cabrio el deflector aerodinámico, pero es una opción (salvo con el motor de 200 CV, que es de serie) que yo instalaría sin ninguna duda.