Por espacio y por relación entre asiento, volante y pedales, el Passat es un coche adecuado para personas de talla y forma de conducir muy distintas. Sólo se pueden sentir un poco contrariados aquellos a quienes les gusta conducir con el asiento muy cerca de la carretera; como en la mayoría de los coches actuales, esto no es posible. Por el contrario, es posible que una persona alta pueda llevar el asiento más bien elevado (si prefiere ir así), porque incluso con el asiento arriba del todo la altura disponible es grande (91 cm, según nuestra forma de medir).
Sólo por el asiento que tienen de serie, creo que son preferibles las versiones «Sportline» y «Highline», porque sujeta mejor el cuerpo. La dureza es la adecuada para sentirse cómodo en trayectos de más de una hora, pero algunos de los que hemos conducido el Passat hemos echado de menos un poco más de apoyo para los muslos.
La visibilidad es normal. El marco del parabrisas no molesta mucho, los retrovisores tienen una forma y tamaño adecuado y el montante trasero obliga a mirar bien porque, de un vistazo, es difícil comprobar que no hay nadie en el ángulo muerto. De las dos unidades que hemos conducido ninguna tenía faros de xenón. Sin probarlos y dado que los faros halógenos de serie da buena luz, me parece que los de xenón solo son recomendables para quienes vayan a circular mucho de noche por carreteras no iluminadas.
Como en otros coches del grupo Volkswagen (y otras marcas), hay que encender necesariamente los faros antiniebla antes que el piloto de niebla. Es un error, porque hay veces que los pilotos son necesarios y los faros no (por ejemplo, cuando el coche levanta mucha agua tras de sí).
Hemos probado una unidad con el climatizador («Climatronic») funciona bien en el sentido de que es capaz de mantener la temperatura interior más o menos constante, sin que el conductor tenga que hacer correcciones cuando las condiciones exteriores cambian.
La división en dos zonas de la temperatura sólo me parece perceptible cuando se seleccionan temperaturas con unos cinco grados de diferencia. Para que entre aire es necesario conectar al menos una velocidad del ventilador; es preferible que no sea así, pero al menos en este caso el ventilador no es ruidoso en esa posición mínima.
El motor se arranca metiendo el mando a distancia (muy voluminoso) en una ranura, y presionándolo durante todo el proceso de arranque (imagen). Es decir, es menos cómodo que los sistemas similares en los que sólo hay que hacer una pulsación para que el motor se ponga en marcha. Si el motor se cala (algo raro en el FSI pero no en el TDI), hay que presionar la llave para sacarla y luego volver a presionar para arrancar; en esos momentos el proceso se puede hacer largo.
La disposición de los mandos es buena en general, salvo los de climatización que pueden quedar un poco bajos; es muy difícil llegar a manejarlos al tacto (sin mirar).
La instrumentación es buena. Además de los indicadores normales (lleva termómetro de agua) hay una pantalla con distintas funciones; si lleva la opción de mandos en el volante, tiene un sistema cómodo para seleccionar menús en la pantalla de la instrumentación. Si no lleva la opción de mandos en el volante, se maneja con los botones en la palanca derecha (también cómodos, pero menos).
En un recorrido de 150 km entre los mismos hitos (entre los que no hay 150 km realmente, sino algo menos), una de las unidades que probamos marcó 148,9 km y la otra 149,1; si tenemos en cuenta el margen de error al pulsar el botón, podemos considerar que los dos cuentakilómetros son prácticamente exactos.
Tiene un ordenador de viaje y otro general. El primero se pone a cero automáticamente; el segundo sigue contando mientras no se ponga manualmente a cero. La información se ve bien en la pantalla de la instrumentación, pero es de esas en las que no se puede elegir directamente la magnitud que se quiere consultar, sino que hay que pasar por otra antes de llegar a la que se busca.
El freno de estacionamiento automático me parece muy cómodo y seguro. Si tiene la opción de funcionamiento automático (Autohold, que cuesta unos 100 €), el freno de estacionamiento se conecta al detenerse el coche, y se desconecta al comenzar la marcha. Incluso sin esa función, utilizar el freno de estacionamiento con un botón me parece más cómodo que con una palanca.