Con el S3, Audi ha conseguido un coche que permite ir muy rápidamente por carreteras lentas sin ser muy exigente con quien lo conduce: responde con rapidez a las indicaciones que se le dan con el volante o los pedales, entra bien en las curvas y no tiene reacciones que hagan de él un coche inseguro.
Lo que no tiene es el tacto general hay sí hay en algunos deportivos, bien sean menos potentes, como el Mazda MX-5, o de mayor potencia que él, como un Porsche Cayman S .
Es un coche cómodo para tratarse de una versión deportiva. La suspensión tiene una capacidad de absorción muy buena aunque tampoco hay que esperar de ella que filtre todo tipo de irregularidades sin transmitirlas a los ocupantes.
Comparativamente, va más blando que otros coches similares, como un BMW 130i o un SEAT León Cupra, lo que lo hace más adecuado para usarlo a diario por todo tipo de vías. Un Ford Focus ST es ligeramente más cómodo.
Además, Audi ha conseguido contener eficazmente los movimientos de la carrocería, de forma que no es un coche más torpe que los anteriores. El S3 conserva el movimiento de la carrocería al cambiar de apoyo o en las frenadas fuertes cuando no está completamente recto; este efecto también se da en la versión 3.2 quattro de 250 CV, aunque de forma más evidente.
Con todo, un BMW 130i y, sobre todo, el León Cupra pueden ser algo más ágiles en carreteras con firme liso, a costa de ser también más incómodos de suspensión. Si la carretera está muy bacheada el S3 va mejor que el BMW (que tiene más dificultades para absorber las irregularidades).
Independientemente del estado del asfalto, el S3 va mejor que un Audi TT 2.0 TFSI con la suspensión de serie y exactamente la misma marca y medida de neumáticos (Continental SportContact2 225/40 R18). El TT pisaba peor y lo notamos más torpe en curvas enlazadas.
La capacidad de tracción está a la altura de la fuerza del motor. El sistema de tracción total le da ventaja frente a un coche de tracción delantera o trasera al salir de una curva lenta lo más rápidamente posible. En los coches con tracción a las ruedas de un solo eje, el control de tracción entra en funcionamiento con mayor frecuencia, bien sea para evitar que la rueda patine y el coche subvire, en el caso de un tracción delantera (Opel Astra OPC), o patine y sobrevire, si es de tracción trasera (BMW 130i).
Como en otros coches con embrague Haldex, cuando se acelera en curva más allá de un cierto límite reacciona casi como un coche de tracción trasera si el firme es muy deslizante. Esto es más palpable si el coche ya está desequilibrado, por ejemplo, en la segunda de unas curvas enlazadas.
Los frenos destacan por la escasa distancia en la que detienen el coche aunque, ante un trato exigente, pierden eficacia de forma apreciable.