Consumo
Las tres versiones del BMW i5 tienen la misma batería de 81,2 kWh de capacidad (83,9 kWh brutos), pero distintas autonomías homologadas: 579, 538 y 515 kilómetros (fichas comparativas). Durante la semana que hemos probado el i5 eDrive40 en ningún momento nos hemos acercado a una cifra próxima a la homologada. Lo más próximo ha sido cuando he hecho la prueba del recorrido urbano, en el que el consumo medio ha sido de 17,2 kWh/100 km.
Este consumo permitiría hacer unos 470 kilómetros con una recarga completa. Saliendo de esa prueba concreta, haciendo un uso menos dulce del coche (climatización, aceleraciones más intensas y más trayectos por vías rápidas de circunvalación), el consumo urbano ha sido de casi 23 kWh. Esa cifra no es el tope, si se es menos cuidadoso con el acelerador o si las circunstancias son peores no será complicado ver consumos mayores.
A la hora de viajar por autopista se puede utilizar como referencia un consumo de entre 20 y 22 kWh/100 km. Esas cifras no las hemos obtenido durante nuestra prueba habitual de consumo: el i5 eDrive40 ha gastado 22,1 kWh/100, pero ha sido un día con mucho viento que sin duda ha perjudicado el resultado. Doy otro dato que puede ser interesante: en otro viaje a una velocidad media notablemente mayor, pero sin viento y con temperaturas más suaves, el consumo fue de 22,5 kWh/100 km.
Con un consumo de unos 22 kWh/100 km, la autonomía máxima hasta quedarse parado del i5 eDrive40 sería de unos 370 kilómetros. Es decir, con este modelo se pueden hacer desplazamientos largos parando a cargar cada 300 kilómetros con un margen suficientemente amplio por si hay imprevistos.
Que la autonomía sea grande no es la única virtud que tiene el i5 para viajar, también lo es su sistema de recarga. Admite una potencia máxima de 205 kW (que hemos alcanzado durante las recargas), así que las paradas durante los viajes no son excesivamente largas si se encuentran cargadores que alcancen esa potencia.
Para pasar del 10% al 80% nosotros hemos tardado 30 minutos, tiempo con el que se consiguen unos 250 kilómetros de autonomía (en autovía). Prolongar la carga hasta el 90% supone estar parado 8 minutos más. Hasta el 98% sigue cargado a 50 kW, que es una potencia muy buena, pero no tiene sentido esperar a alcanzar el 100 % porque del 99 % en adelante la batería dedica tiempo a equilibrar sus módulos, proceso que durante nuestra prueba supuso 20 minutos.
El conductor recibe adecuada información del proceso en el cuadro de instrumentos —tiempo estimado para la finalización, potencia de recarga, autonomía actual y final estimada— y de una manera legible (imagen). En la aplicación My BMW también se tiene al alcance la información del proceso.
En el sistema multimedia hay un menú específico para la recarga desde el que programarla, ajustar la intensidad (en carga con corriente alterna), activar manualmente la atemperación de la batería antes de una recarga en corriente continua y otras funcionalidades (imagen). El navegador puede añadir a la ruta puntos de recarga si la energía almacenada es insuficiente teniendo en cuenta dos criterios: porcentaje de carga al llegar al punto de carga y al llegar al destino (son porcentajes ajustables por el conductor).
El puerto de carga está en lado derecho, en la aleta trasera. Tiene un testigo luminoso (imagen) para advertir del estado de la recarga sin tener que ir a mirar el cuadro o la pantalla del cargador.