Todos los elementos mecánicos y aerodinámicos del Evo VI Tommi Makinen Edition han sido desarrollados para obtener una mayor estabilidad, no son meros elementos ornamentales.
Cada una de las tomas de refrigeración en su faldón delantero asimétrico tiene una función específica. La placa de la matrícula se ha desplazado hacia la izquierda para no entorpecer la entrada del aire hacia el intercooler (situado en primer plano) y el radiador del agua a través de la toma de refrigeración central. La toma situada en la parte derecha canaliza el aire hasta un radiador de aceite, evacuando el calor por otra abertura situada en la parte lateral derecha del faldón. El orificio redondo situado en la izquierda del paragolpes hace las funciones de toma de admisión para el motor. Las dos tomas situadas simétricamente en la parte más baja del faldón permiten refrigerar los frenos delanteros. Sobre el capó hay salidas de aire para evacuar el calor desprendido por el turbocompresor y los colectores de escape.
El alerón trasero es de doble plano y el superior es regulable en inclinación. El apoyo que ofrece este elemento sobre el eje trasero se hace indispensable cuando rodamos a elevada velocidad, aportando un mayor agarre a los neumáticos traseros.
El Evo tiene materiales ligeros en buena parte de la carroceria, el motor, las suspensiones, los frenos y las llantas, lo que ha permitido situar su peso final en 1.280 kg (100 kg menos que un Seat León 4 de menor tamaño y potencia). El Evo VI Tommi Makinen sí pesa algo más que el anterior Evo V, desprovisto de casi todo el equipamiento de confort que lleva éste.