La primera sensación al conducir el Vectra 1.8 es de suavidad. El tacto de la dirección, las pocas vibraciones que alcanzan a los pasajeros, el silencio de marcha, el tacto del cambio de marchas y de los mandos. Todo transmite suavidad.
A medida que se recorren kilómetros surgen los matices. El motor suena de forma sensible a partir de 4.000 rpm y entre 5.000 y 5.200 rpm se produce una vibración elevada y molesta, que desaparece una vez superado este régimen de giro, si bien permanece el sonido elevado.
El cambio de marchas mantiene la suavidad cuando se cambia con rapidez, pero pierde algo de su agrado porque no resulta un cambio rápido. Para no ser un deportivo, el cambio resulta satisfactorio.
Las prestaciones del motor entran dentro de lo que se puede considerar normal en coches de esta categoría. Las mediciones que hemos obtenido con el Correvit son similares a las de otros coches de potencia y tamaño parecidos, como el Ford Mondeo o el Mazda6.
Al igual que sucede con el motor 1,8 del Ford Mondeo, la diferencia de la respuesta del motor 1,8 del Vectra varía muchísimo en función del régimen de giro del motor. Por debajo de 4.000 rpm el Vectra tiene una respuesta de peor calidad que la que se obtiene por encima de este régimen de giro.
El desarrollo de las marchas no es escandalosamente largo, ya que la velocidad punta teórica se alcanza sólo a 200 rpm por debajo del régimen de potencia máxima. Sin embargo, como el motor resulta más brillante a altas vueltas, en esa zona el motor puede bien con el desarrollo y consigue una velocidad punta elevada en 5ª. Por el contrario, por debajo de 4.000 rpm, el motor no tiene tan buena respuesta y las recuperaciones se ven penalizadas.
Resulta interesante comparar los datos de mediciones que hemos obtenido con el Ford Mondeo Trend 1.8i 16V 125cv 4p, el Mazda 6 Active 1.8 16V 4p y el Opel Vectra 4p Comfort 1.8 16V. Se trata de tres coches de estructura, potencia y desarrollos de cambio similares (la mayor diferencia entre uno y otro es el peso) Ficha técnica comparativa detallada.
Pues bien, al comparar las cifras de aceleración de estos tres coches (adelantamiento desde 80 km/h), la distancia entre los tres sólo varía un metro, que resulta prácticamente despreciable.
En cambio, en recuperación en 5ª desde 80 a 120, el Mazda le saca al Vectra 1,5 segundos y al Ford Mondeo un segundo exacto.
Se aprecia claramente que en aceleración bruta, el Vectra, a pesar de su mayor peso, consigue empatar con el Mondeo y el Mazda6. En cambio, en recuperaciones, el Mazda6 impone con claridad un desarrollo más corto y su menor peso, aunque su cifra de par máximo teórico sea más baja que las de los otros dos modelos (y se alcance a 500 rpm más que en el Vectra).
Son varios los factores que ayudan al Mazda, sin duda su menor peso, pero también un desarrollo más corto que, si bien penaliza la cifra de consumo homologado, en carretera apenas afecta. (De hecho, la cifra media de consumo que obtuvimos con el Mazda fue ligeramente inferior a la del Mondeo, si bien las condiciones no tenían por qué ser idénticas).
El Vectra consumió poco a velocidad de crucero de 120-130 km/h en autovía, con una sola persona a bordo. En esas condiciones medí 7,9 litros cada 100 km/h sin apenas tráfico y nada de viento. En un uso mixto de ciudad y carretera a un ritmo tranquilo, con una persona, el consumo fue 10,6 litros.
A mi juicio no es un coche en el que las prestaciones sean un elemento fundamental. Para quien lo sean, conviene que opte por mayor potencia para este peso. La respuesta es suficiente para solventar las condiciones normales del tráfico con seguridad. Yo, incluso, preferiría algo menos de prestaciones en alta, a cambio de mitigar un poco el sonido. Aun así, las familias que vayan normalmente con todas las plazas ocupadas, con el maletero lleno y circulen por carreteras de doble sentido que requieran adelantamientos frencuentes, deberían evaluar la posibilidad de adquirir una versión de coche más potente. Para circular por autovía, incluso con el coche cargado, el motor ofrece potencia suficiente para mantener velocidades legales en toda circunstancia.
Uno de los elementos que más me ha convencido del coche son los frenos. Resisten bien el trato duro a pesar de su peso considerable y en frenada de emergencia se sitúa entre los mejores por distancia.
En paso por curva, el control de estabilidad está tarado para que actúe con celeridad. Se trata de un planteamiento de coche familiar, que prima claramente la seguridad frente a la posibilidad de disfrutar con la conducción deportiva. Ninguna objeción.