A la vista de los plásticos que recubren el interior, el Fabia nos parece que tiene un aspecto normal, que no destaca sobre lo que suele ser habitual en coches de este tipo. Más que el aspecto del interior, el destaca por su faceta práctica en un sentido amplio.
Dentro de los coches que tienen carrocería turismo de este tamaño (no monovolumen), el Škoda Fabia es uno de los más apropiados para transportar a cuatro pasajeros con comodidad. No tiene una ventaja clara de espacio respecto a otros coches como el Fiat Grande Punto o el Volkswagen Polo, pero sí la tiene con respecto a un Peugeot 207 o un Renault Clio.
Otra aspecto que hace que el Fabia sea apropiado para usar las plazas traseras es que las puertas permiten un acceso sencillo al interior y tienen un ángulo amplio de apertura. También hay quien apreciará que los cristales de las ventanillas traseras puedan bajar por completo.
Sin embargo, la anchura medida a la altura de los hombros no es de las mejores, por lo que no es un coche apropiado para cinco pasajeros (en ningún utilitario en torno a 4,00 m entran cómodamente tres ocupantes en las plazas traseras).
El maletero tiene una capacidad de 300 l, que puede llegar hasta 1.163 l si se abaten los respaldos de la fila de asientos posteriores (está dividida en una proporción 60/40). Entre los utilitarios de entre 3,80 y 4,15 m, sólo el Dacia Sandero (320 l) tiene mayor volumen.
Tiene interesantes posibilidades de configuración: De serie, la bandeja cubrecarga puede situarse a dos alturas diferentes, separadas entre sí por un hueco de 25 cm. Además, hay varios ganchos para colgar bolsas y una toma de 12V.
Opcionalmente, se puede encargar un separador para el maletero a modo de caja para llevar más ordenada la carga.
Debajo del tapizado del maletero hay una rueda de repuesto del mismo tamaño que las otras cuatro, eso sí, con llanta de acero (opcionalmente puede llevar llanta de aleación de aluminio).
El Fabia tiene muchos huecos para depositar objetos. Algunas soluciones son muy interesantes, como las dos guanteras (la superior es perfectamente utilizable por el conductor porque puede llegar fácilmente a ella desde su asiento sin tener que forzar mucho la postura) o la cinta de goma en las bolsas de las puertas que son muy útiles para sujetar convenientemente mapas u objetos similares. Opcionalmente, puede tener cajones bajo el asiento del conductor.
Škoda ha colocado los mandos de la climatización en una posición mejor de lo habitual: elevados, cerca del campo de visión del conductor y organizados de forma clara. Los retrovisores son grandes y la visibilidad en tres cuartos trasera suficientemente, sin ser extraordinaria, es mejor de lo habitual.
No nos han gustado mucho los asientos de las versiones más económicas («Young» y «Style») porque el respaldo es algo ancho y no sujeta del todo el cuerpo, salvo a personas de complexión grande. Las versiones «Sport» tienen unos asientos mejores.
Las palancas y ruletas para regular el asiento del conductor o pasajero tienen una calidad de funcionamiento mejor a lo que suele ser habitual en coches de este tipo.
El aire acondicionado «Climatic» nos ha gustado por la capacidad que tiene para enfriar el habitáculo. Este sistema tiene un ajuste manual de la temperatura del aire según una escala. Aunque no tiene funciones automáticas, funciona suficientemente bien como para no plantearse la compra del climatizador automático («Climatronic»).