Mi compañero Juan Manuel Pichardo dice que las suspensiones de este coche son secas; la unidad de pruebas tenía la opción de muelles menos flexibles y amortiguadores más duros, junto con las llantas de 16" también opcionales. A mí no me han parecido duras. Me parecen muy confortables y con una excelente relación entre estabilidad y comodidad. Lo he conducido por carreteras secas, mojadas y con nieve. En todo caso me ha satisfecho, va mejor que el anterior Audi A4 y bien en términos absolutos.
Por cierto que, sobre nieve o hielo el sistema de control de tracción (integrado en el control de estabilidad, que es de serie), aporta una ventaja definitiva. Un pequeño incidente sobre una carretera helada puso en aprietos a otros coches. Como estaba en pendiente, no eran capaces de arrancar. Poco a poco, empujándose unos a otros y con algunos patinazos de más, conseguimos despejar la zona. Yo, un poco más atrás, me subí al coche, aceleré sin más precauciones y él solito, sin ningún problema aparente, empezó a subir tan campante por la pendiente helada. Así da gusto.
También dan gusto los frenos. Los probé en seco y en mojado. Permiten dosificar bien, y al menos en la unidad que yo probé resistieron el trato intensivo sin desfallecer. Lo habitual es que los frenos den síntomas de cansancio en la bajada del puerto en la que pruebo habitualmente los frenos. Y más en un coche automático, que es como lo probé. Sin embargo, en el A4 con variador los frenos aguantaron perfectamente. Y es que el cambio automático en este caso también sirve para ayudar a los frenos, ya que en las frenadas el cambio mantiene relaciones cortas, con lo que ayuda a los frenos en las retenciones.