Un motor de las características del 320d encaja perfectamente en un chasis con aptitudes para la conducción deportiva. La relación entre comodidad y estabilidad del 320d es muy buena. El coche no balancea mucho en las curvas, tiene una capacidad de tracción elevada y el control de estabilidad ayuda al conductor sin intervenir con excesiva antelación. Si se quiere, se puede desconectar tanto el sistema de control de tracción como el de estabilidad, pero no veo ninguna necesidad en condiciones normales.
Los pedales están colocados en una postura adecuada para que el conductor con más ansia deportiva exprima todas las posibilidades de su juego. La caja de cambios se puede accionar con mucha precisión y rapidez. La dirección resulta rápida, transmite bien los que sucede entre el asfalto y la goma, y los frenos aguantan bien el uso intensivo.
Los motores Diesel, más pesados que los de gasolina, en ocasiones provocan que los coches tengan unas reacciones lentas. No es el caso del 320d, que con sus cuatro cilindros frente al seis en línea del BMW 320i, no entorpece la respuesta a las indicaciones del volante.
El conductor suele sentirse cómodo a los pocos segundos de instalarse en su puesto. Asiento y volante se pueden regular a satisfacción; a los pocos minutos de ir sentado en el 320d parecía que fuera sentado en mi coche de toda la vida. Eso no significa, sin embargo, que mis sensaciones sean trasladables a cualquier otro ser humano. Antes de decidirse por éste o por cualquier otro coche conviene pasar un rato sentado en él y cerciorarse de que se está cómodo al volante y con los asientos.
La dureza de los mandos, el tacto del volante y de la dirección, de los elevalunas, intermitentes, del cambio de marchas, todo parece medido para hacer la conducción más agradable. No sé si, por ejemplo, los ingenieros de BMW pasan horas para regular el tacto del mando del intemitente, o la fuerza, sonido y tacto que tiene el mando al pasar de luces de cruce a luces de carretera. No sé si esos detalles requieren mucho esfuerzo o si su tacto y dureza son así por casualidad. Sea por el motivo que sea, la sensación de solidez y suavidad (todo a la vez) no se encuentra con facilidad en otros modelos.
El asiento del 320d no es malo, tiene una buena dureza y sujeta bien. Pero, puestos a elegir, me quedo con el que lleva el Compact, con rebordes más prominentes y que sujetan mejor el cuerpo.