La nueva versión del motor Diesel 2 litros de BMW es un portento. Bajo consumo, suavidad, sonoridad mínima y altas prestaciones son sus características básicas. Empuja con mucha fuerza desde 1.700 rpm en cualquiera de las marchas. El desarrollo en quinta (casi 50 km/h cada 1.000 rpm) resulta muy apropiado al coche, pero inusualmente largo para un BMW, que normalmente llega a la zona roja del cuentavueltas en la marcha más larga.
Aunque el peso del 320d no es bajo (1.490 kg), la fortaleza del motor permite conducirlo en quinta con toda tranquilidad a partir de unos 90 km/h. Si se necesita acelerar con rapidez, en muchas ocasiones no es necesario recurrir a una marcha más corta. Basta pisar el acelerador y la respuesta es inmediata, vigorosa y además muy silenciosa.
No es tan rápido como el Toledo TDI 150, un coche más ligero que este 320d; está al nivel de otros modelos, como el Volvo S60 D5 o el Audi A3 2.5 TDI. Tampoco es más rápido que el anterior 320d. A tenor de las cifras que da BMW sí lo es, pero lo cierto es que el anterior 320d era un coche mucho más potente y rápido que lo que decia BMW. De hecho, la aceleración del nuevo 320d es casi igual a la del antiguo.
A una velocidad media de 144 km/h por carretera de sentido único, el consumo medio fue de 6,5 litros cada 100 km, exactamente el mismo que indicaba el ordenador.