Hay una oferta variada de berlinas con un tamaño y una potencia parecidos a los del Mercedes-Benz C 220 CDI (ahora con 150 CV).
Cualquiera de esas alternativas tiene mejor relación entre precio y equipamiento. Por ejemplo, hay un Alfa Romeo 156, un Honda Accord, un Opel Vectra o un Renault Laguna por tres cuartas partes del precio del C 220 CDI.
Algunas de esas berlinas gastan algo menos, otras aceleran más y muchas son más amplias que el C 220 CDI. Ninguna tiene el grado de seguridad activa ni la calidad de acabado (no puedo decir nada sobre la fiabilidad) que tiene el Clase C. También es difícil encontrar un confort de suspensión tan bueno como el que tiene el C 220 CDI, aunque sí hay competidores que hacen menos ruido y vibran menos, sobre todo en circulación por ciudad.
Como producto, al margen del precio, el C 220 CDI me parece mejor que cualquiera de los modelos citados, y también que coches como el Audi A4 TDI 130, el BMW 320d, el Volvo S60 D5.
Esto no quiere decir que el C 220 CDI sea mejor en todo. El 320d es más recomendable que el C 220 CDI para quien quiera un coche que acelere mucho, el Audi tiene mejor relación entre prestaciones y consumo, y el Volvo es más suave de funcionamiento.
El equipamiento de serie del Clase C no es particularmente rico, aunque tampoco tiene grandes carencias. Tiene una lista de equipamiento opcional donde se pueden encontrar una gran cantidad de elementos de confort, decorativos y opciones mecánicas.
Si merece la pena pagar más por el C 220 CDI es algo personal, que depende de cómo se valoren sus aspectos positivos y negativos.