Considero que la ventaja de prestaciones que tienen algunas berlinas más rápidas que el C 220 CDI no influye mucho en un viaje. Por el contrario, la ventaja que tiene el C 220 CDI en estabilidad y confort sí me parece que puede ser determinante, si el viaje es largo o se hace por carreteras difíciles.
Con un C 220 CDI, a igualdad de velocidad, se viaja más cómoda y tranquilamente que con otras berlinas; a igualdad de comodidad y tranquilidad, se viaja más rápido.
Esto es posible por una suspensión que, aunque suave, mantiene al coche en la trayectoria con más fidelidad que otros coches de este tipo. El C 220 CDI que hemos probado tenía unos neumáticos que no daban mucho agarre en seco (con la medida de serie: 205/55 16). Además, no es un coche particularmente ágil; hay otros que entran mejor en la curva y con los que es más fácil variar la trayectoria ya dentro de la curva.
Lo que tiene el C 220 CDI (y todos los Mercedes-Benz de tracción trasera que he probado) es que conserva mejor la trayectoria que otros cuando ya está dentro de la curva. Hay irregularidades del suelo sobre las que otros coches sufren sacudidas fuertes, que al C 220 CDI sólo le provocan un ligero retemblor, porque la suspensión lo absorbe.
Una de las diferencias más apreciables entre un Clase C y prácticamente todas las berlinas de tamaño semejante es el recorrido de suspensión. Un coche normal, si está fuertemente apoyado y pasa sobre un bache, a veces hace tope de suspensión, lo que suele afectar mucho a la trayectoria. El C220 CDI es capaz de absorber baches grandes incluso cuando la carrocería está muy inclinada.
Me parece que los cambios en la suspensión que se han hecho en la gama 2004 de la Clase C son acertados porque, sin perder comodidad, ahora tiene unas reacciones algo más rápidas. Hay una opción de suspensión deportiva; la unidad que hemos probado no la tenía y me parece que va muy bien sin ella.