Hace unos años, las suspensiones del Astra (y antes del Kadett) eran generalmente criticadas por su falta de eficacia, a pesar de su dureza. Con el Astra actual, por lo menos en la versión de 125 caballos, es todo lo contrario.
La suspensión es muy cómoda (ni blanda ni dura) y muy eficaz. Entre de las dos versiones del León de 125 CV (Sport o Signa) y el Astra las diferencias serán bien pequeñas en este aspecto. Habría que probarlos los tres a la vez para dar un veredicto final, pero seguramente el mejor sea el León Sport, luego este Astra y por último el León Signa.
El último Astra que probé (antes del 125 CV) fue el turbodiésel de 100 CV. En aquel caso, el peso del motor se deja notar sobre el eje delantero, que se torna más perezoso a pesar de la mayor rigidez de la suspensión. En esta versión de gasolina, no es así. El tren delantero entra con docilidad en las curvas y el posterior le sigue como si fuera por carriles.
La única combinación de motor y bastidor que hay para el 1.8 es ésta, no hay una versión «Sport». Tampoco hay carrocería de tres puertas con este motor, aunque sí Coupé.