El motor de 125 CV del Astra tiene un funcionamiento muy suave. Gira "redondo" desde el ralentí hasta el régimen máximo de giro y tiene fuerza suficiente como para mover al Astra con agilidad y seguridad. Como el motor tiene un buen empuje a bajas vueltas, las relaciones de cambio, bien ajustadas, se adaptan al motor. Es difícil encontrar ocasiones, por carretera de curvas, en las que no haya dos marchas que puedan servir. Si se quiere apurar más se puede utilizar la más corta, pero si se utiliza la larga el coche no se queda sin capacidad para acelerar.
En este apartado el Astra supera al León de 125 CV, por suavidad de funcionamiento y calidad en la respuesta del motor. El motor de 125 CV que utiliza el León va muy bien con turbo (150 CV), pero no en la versión atmosférica de 125 CV.
Al igual que es suave, cuando se acelera, se deja oír un rumor más elevado de lo habitual. No es molesto, pero ahí está. Ese ruido de la admisión se suma a los ruidos aerodinámicos y al de rodadura a elevada velocidad. Sin ser molesto, se agradecería un poco menos de sonoridad.
Una de sus facetas favorables es el consumo. Si se conduce suavemente a una velocidad constante de 120 km/h puede gastar menos de 7 l/100. A una velocidad muy superior -entre 170 y 180 km/h- gastaría menos de 11 l/100 km.