El interior del Boxster tiene altura suficiente para que a las personas más altas no les quede la cabeza demasiado cerca del techo, como ocurre en otros descapotables. Tampoco queda cerca el marco del parabrisas y los montantes del techo no suponen una amenaza al entrar o salir del coche. Para ser un coche descapotable de solo dos plazas, el interior no da sensación de agobio.
Tiene 131 mm de anchura interior medida a la altura de los hombros; es más bien un coche estrecho (el conductor puede rozar con el codo en la puerta al girar la dirección), aunque es una característica común de muchos descapotables y algunos cupés. Por ejemplo, un SLK o un BMW Z4 son casi iguales y un Porsche 911 (997) es algo más estrecho.
El puesto de conducción está muy bien conseguido, salvo para quien tenga dificultades para entrar y salir de un coche donde los asientos están muy bajos. El conductor puede ir sentado con las piernas poco flexionadas y tiene un apoyo sólido y bien configurado para descansar el pie izquierdo. El volante tiene un aro más bien fino y queda perpendicular al suelo. Lo pedales no están muy juntos entre sí lo que favorece su utilización con calzado ancho.
Los asientos de serie me han gustado mucho por la calidad de su mullido y la distribución de la espuma. Fatigan muy poco el cuerpo después de conducir un muchas horas seguidas. La sujeción lateral que dan a los ocupantes en las curvas es igualmente bueno, aunque no excepcional (por ejemplo no sujeta mucho los hombros). En nuestra unidad de pruebas los asientos tenían un tapizado de cuero con pequeñas perforaciones dan buena transpiración.
Porsche ofrece unos asientos deportivos —que se les supone más sujeción lateral— por 416 €.
La instrumentación no es muy abundante, se echa en falta un indicador de temperatura o de presión de aceite. Estos dos elementos los tiene el Porsche 911.
Las cosas que tiene que manipular el conductor están en general bien distribuidas y quedan a mano. Hay otras cosas que no se acierta a manejar sin desviar la vista de la carretera, como toda la abundante botonería que hay en la consola central debajo de la pantalla del navegador (si lo tiene). La apertura de capó delantero y trasero se hacen cómodamente con unos mandos eléctricos situados en la base de la puerta del conductor.
Está bien surtido de huecos donde vaciarse los bolsillos. Me han parecido especialmente útiles las guanteras con tapa que hay en las puertas. En el reverso de los asientos hay una percha para colgar prendas y una red porta mapas. En el salpicadero hay dos soportes para latas de bebida, que están ocultos bajo una moldura delante del acompañante.
Todos los huecos donde se pueden dejar cosas tienen superficies de goma o están cuidadosamente tapizados.
La calidad de acabado del Porsche Boxster es otro de los puntos fuertes. Da una impresión de solidez y buen acabado extraordinaria, como una buena berlina de lujo. El salpicadero y buena parte de los guarnecidos de las puertas pueden ir tapizados en cuero de la misma tonalidad que los asientos, con un acabado exquisito.