Bajo un aspecto muy llamativo hay un verdadero deportivo, de los que tienen suspensiones duras, poco confort y reacciones muy rápidas. El Golf R32 tiene todo lo bueno que se le puede pedir a un coche de sus características: estabilidad sobresaliente, buena frenada, dirección rápida, excelente motricidad y un sonido cautivador.
Pesa mucho y eso condiciona su relación entre peso y potencia. Esto afecta sobre su capacidad de aceleración, que aun siendo enérgica, no está al nivel de lo que se podría esperar de un coche de este tamaño con 241 CV de potencia.
Los dos aspectos que considero mejores en el Golf R32 son su estabilidad y su motor. Me ha sorprendido el funcionamiento de su motor V6 3.2, más que por su capacidad de aceleración, por su sobresaliente respuesta desde cualquier régimen. Es un coche agradable de llevar, tanto en ciudad como en carretera y asombra lo fácil que puede ser conducirlo a un elevado ritmo.
Comparado con otros modelos de sus características, el Golf R32 me parece caro, sobre todo teniendo en cuenta que el Alfa 147 GTA de 250 CV cuesta 3.740 € menos.
A cambio, ofrece una calidad de acabado y un nivel de equipamiento al mejor nivel. El Golf tiene un cuidado ajuste y detalles de buena calidad en todos los guarnecidos interiores.
Aparte de su elevado peso, pocos aspectos me han parecido realmente mejorables en este coche, entre ellos el manejo del cambio (algo duro si intentamos cambiar muy rápido), la sujeción de sus asientos bacquet (más aparentes que eficaces) y la instrumentación (con escasa información).
Tampoco es un coche especialmente amplio en las plazas traseras ni tiene un maletero grande (245 litros), condicionado por el espacio que ocupa el diferencial trasero.